El aborto
Comunicación
Espírita realizada el 21/02/2020 (transcripción íntegra)
Contenidos:
-
Teorías y opiniones sobre el tema del
aborto.
-
El objetivo del aborto.
-
Definición de ser humano.
-
Garantizar la salud de la mujer.
-
Lo que nos dice nuestro nivel de
conciencia.
-
La responsabilidad espiritual en la
intención.
-
Bebés que nacen con graves
malformaciones.
-
Decidir sobre la vida.
-
Ejercer la libertad para poder elegir
dentro de lo que marca la ley humana.
-
La Ley de Dios.
-
Superar los traumas.
-
Quien a hierro mata, a hierro muere.
-
La Ley de la Justicia Divina o Ley del
Karma.
Nota
del transcriptor:
Este
texto lo redacté de forma intuitiva. Con parte de él no estaba de acuerdo en el
momento de la redacción, lo que puede ser prueba de que no es invención mía. Pero
cada persona es responsable de decidir lo que desea tomar y dejar de las cosas que
la vida le ofrece. Esta es una de ellas.
Este,
quizá, puede ser uno de los artículos menos “populares” de los que he compartido
hasta ahora. Que la información que leemos nos complazca no nos demuestra que sea
cierta ni falsa. Igualmente ocurre con la información que rechazamos. Nuestra evolución
siempre es personal, y trasciende al entorno social en que nos relacionamos. Si
tienes un concepto muy claro y definido sobre algo y no deseas contrastarlo, siempre
es mejor que no te aventures en terrenos desconocidos. Pero, al final, siempre decidirás
tú sobre lo que deseas mantener y cambiar en tu vida.
Si
has tenido responsabilidad, en mayor o menor medida, en la ejecución de un aborto
premeditado, en este texto podrás sentir determinadas emociones desagradables. Si
en este momento no deseas pasar por un proceso reconstructivo, te sugiero que NO
leas este artículo. Pero si sientes la necesidad de evolucionar, de aprender de
lo que nos muestran los “hermanos mayores”, este texto puede ser un punto de apoyo
para tu evolución personal.
COMUNICACIÓN
RECIBIDA
Existen
muchas teorías y opiniones sobre el tema del aborto. Desde los casos en que las
mujeres han sido violadas, niños que van a nacer con malformaciones, hasta llegar
a los máximos niveles de autocomplacencia por embarazos no deseados, porque a los
padres “no les va bien” tener un hijo en ese momento. En cualquiera de los casos,
el objetivo del aborto es, expresado de un modo suave, impedir que nazca un ser
humano.
Existen
muchos puntos de vista que pretenden definir en qué momento un conjunto de células
son un ser humano, de tal manera que, si planteamos que un ser humano es alguien,
o algo, que tiene forma de ser humano, podríamos estar definiéndolo como tal cuando
tiene la forma absoluta. Pero ¿qué pasaría un día antes? El día antes de haber apreciado
que ese bebé tiene forma humana, ¿ese día es justificable quitarle la vida? ¿Y qué
pasaría dos días antes? ¿Y una semana antes? ¿Seguro que en ese momento aún no es
humano?
Cuando
se practican abortos, se parte en trozos “eso” que hay dentro del vientre de la
mujer. Para garantizar la salud de ella, alguien tiene que comprobar que han salido
todas las partes. Tiene que comprobar que han salido todas las partes de los brazos,
las piernas, la cabeza, el tronco… todas y cada una de las partes que conforman
a “eso” que no queremos llamar “ser humano” todavía. Pero lo que ocurre es que nuestro
nivel de conciencia, de lo que entendemos como bueno o malo, nos hace comprender
que “eso” es, sencillamente, asesinar a un ser vivo que no tiene ninguna capacidad
de defensa. Es el asesinato a sangre fría de una criatura que la magia de la vida
tenía previsto que naciera. Y cada cual tiene la responsabilidad espiritual en la
intención, no en la acción.
Existen
bebés que nacen con graves malformaciones, y así volvemos a plantear un nuevo dilema,
si un bebé con graves malformaciones debería ser asesinado para evitar que sufra
él… y las personas que están a su alrededor. Pero ¿quién define cuál es la “gran
malformación” que tiene que tener para condenarle a morir? Y si una determinada
malformación, un grado concreto y medible de malformación, es de los que permitiesen
decidir exterminarlo, ¿qué ocurrirá con alguien que tiene una malformación ligeramente
inferior? ¿Y qué ocurriría con el que tiene una malformación muy inferior a esa
con la que hemos decidido que no tiene derecho a la vida?
¿Realmente
nosotros tenemos el derecho de auto otorgarnos la capacidad de decidir sobre la
vida de un ser indefenso? Cada cual tiene su conciencia, y debe poder ejercer la
libertad para poder elegir dentro de lo que marca la ley humana. Pero esa no tiene
porqué ser la Ley de Dios. Y, como consecuencia de ello, los padres de las criaturas
que han sido asesinadas antes de nacer, aunque lo hayan hecho de un modo “legal”,
sufren los traumas consecuencia de las decisiones que han tomado. No hay más que
conocer casos reales donde confiesan su dolor.
Son
traumas que pueden superarse, como cualquier otra falta que cometamos, mediante
las tres fases: el arrepentimiento, la compensación por el daño causado y el propósito
de no volver a pecar. Pero esa compensación solo Dios es quién para valorar si es
suficiente el pago realizado. Y, si es cierto que “quien a hierro mata, a hierro
muere”, es posible que en su nuevo intento de volver a este mundo pudiera sufrir
la muerte prematura o cualquier otra experiencia dolorosa que necesitase para compensar
la Ley de la Justicia Divina, también llamada Ley del Karma. Pero eso, solo Dios
lo sabe.
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