La alegría (1)
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Crome
Comunicación
Espírita realizada el 06/02/2020 (transcripción íntegra)
Contenidos:
-
La alegría no es un estado, es una
decisión.
-
Buscar la alegría fuera de ti.
-
Paz, seguridad y amor.
-
Contagiar alegría.
-
Cuando tú te vas y dejas de iluminar.
-
Tener luz permanentemente.
-
Mejorar todo aquello que hay en tu
vida.
-
La decisión y la atención consciente.
-
Las oportunidades se presentan
automáticamente.
-
Captar las señales que constantemente
están a tu alrededor.
-
Hay “alguien” programando la vida de
todo el universo para que todo funcione.
La
alegría no es un estado, es una decisión. En un mismo lugar puedes encontrarte con
personas alegres y tristes que están compartiendo las mismas experiencias. Esto
significa que los agentes externos no son determinantes para lograr alegría en tu
vida. Por tanto, si buscas la alegría fuera de ti, solamente encontrarás elementos
potenciadores que te faciliten que se produzca, pero es una decisión personal, que
logras manifestar por medio de la comprensión de una combinación de paz, seguridad
y amor.
La
alegría crece en nuestro interior, y se puede transmitir, se puede contagiar. Porque
la alegría es luz, es energía, que vibra en una determinada frecuencia, al igual
que cualquier otra emoción, tanto positiva como negativa. Y, por tanto, esa luz
permite iluminar a otros. Pero cuando tú te vas y dejas de iluminar, los demás se
quedan a oscuras. Solamente a través de nuestra decisión de encender la propia lámpara
de nuestra vida somos capaces de tener luz permanentemente.
Y
este ejemplo de la alegría se puede aplicar a todos los demás elementos que conforman
nuestro ser. La parte fundamental de nuestro ser. Aquella que no se puede ver, y
que es la más importante. Por eso, si observas, empezando por ti mismo, te darás
cuenta hasta qué punto puedes mejorar todo aquello que hay en tu vida. Solo a través
de la decisión y de la atención consciente para que se vaya produciendo en cada
momento, en cada oportunidad que se presente. Porque en el momento en que tienes
la voluntad y la decisión de cambiar, las oportunidades se presentan automáticamente.
Y no porque sea necesario que haya alguien programando la vida de todo el universo
para que a ti te funcionen las cosas, sino porque tu atención te permite captar
las señales que constantemente están a tu alrededor, para poder aprovecharlas.
Y,
bueno, sí, hay “alguien” programando la vida de todo el universo para que todo funcione.
Alégrate por ello.
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