El gran proceso de la evolución
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Crome
Comunicación
Espírita realizada el 25/03/2020 (transcripción íntegra)
Contenidos:
-
La evolución
es el proyecto eterno del Padre Celestial.
-
Las
creaciones, simples e ignorantes, van adquiriendo conciencia del bien y del mal
y sabiduría.
-
La gran
misión que tenemos todos los seres evolutivos es parecernos cada vez más a
Dios.
-
Estamos
compuestos de un alma inmortal.
-
Los
diferentes estados del alma le permiten adquirir el aprendizaje y la
experiencia, así como demostrarla.
-
Cada alma
evolutiva debe demostrar que realmente ha evolucionado, para poder ocupar
misiones de mayor responsabilidad.
-
La
cualificación y conciencia para los niveles de responsabilidad en la creación.
-
Cuando nos
quejamos de las pruebas que nos aporta la vida.
-
Cada vez que
cometemos errores y cada vez que triunfamos sobre el dolor de la adversidad.
-
Entended que
La Regla de Oro de Jesús es el camino.
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Mantened la
esperanza, fruto de la fe-confianza y conocimiento.
-
El
conocimiento de la Ley de Dios y de los motivos amorosos por los que sufrimos
cada una de las pruebas.
-
Todos estáis
ya en condiciones de entenderlo; los que no lo hacen no pueden alegar
ignorancia.
-
Cuando la
verdad se muestra, la responsabilidad queda asignada.
-
El mensaje
que dio el Maestro Jesús, y que venimos a confirmar los miles de seres
espirituales que estamos trabajando constantemente por mostrar la Luz.
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No olvidéis
transmitir la buena nueva.
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Cada vez que
penséis, sintáis y habléis de la buena noticia, estáis dirigiendo vuestros
actos en esa dirección, estáis contribuyendo al apostolado.
-
El
apostolado es misión y responsabilidad de todos los seres humanos que estamos
en posesión del conocimiento de la verdad eterna.
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Vuestra
responsabilidad nos llena de alegría y felicidad.
-
Las
tentaciones son sustituidas por la conciencia de la misión que deseamos
cumplir.
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Seguid el
camino del amor y de la compasión.
-
Nada es
vuestro.
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Nadie tiene
derecho a juzgar.
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Buscad la
sencillez en la profundidad de vuestros pensamientos.
-
Actuando
vuestra conciencia en cada momento.
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Si elegís el
camino del amor, y si os alejáis del camino del miedo, estáis teniendo éxito en
vuestro proceso humano carnal.
La
evolución es el proyecto eterno del Padre Celestial para el crecimiento
infinito de toda su creación, y para su aproximación paulatina, por mérito
propio, hacia la realidad absoluta de su grandeza eterna.
A
través de la evolución, todas las creaciones, simples e ignorantes, van
adquiriendo conciencia del bien y del mal y sabiduría, van evolucionando y,
como consecuencia de ello, se van pareciendo cada vez más a Dios. Esa es la
gran misión que tenemos todos los seres evolutivos, que estamos compuestos de
un alma inmortal, que tiene la oportunidad de pasar por diferentes estados que
le permiten adquirir el aprendizaje y la experiencia, así como demostrarla
durante las prácticas que se realizan en cada una de las sucesivas vidas. Del mismo
modo que un estudiante de medicina, después de mucho estudiar, tiene que
realizar una serie de prácticas y hacer un proyecto que le permita demostrar
que ha aprovechado los conocimientos adquiridos, igualmente, cada alma
evolutiva debe demostrar que realmente ha evolucionado, para poder ocupar
misiones de mayor responsabilidad, de acuerdo a su mérito y capacidad. De otro
modo, no existiría justicia, ni tampoco existiría equilibrio, porque se les
podrían asignar responsabilidades para las que no tienen capacidad. Y Dios, en
su infinita sabiduría, lo tiene en cuenta, y de acuerdo a la Ley del Libre
Albedrío, que él implantó para toda la creación, garantiza que todos los seres
que llegan a niveles de responsabilidad en la creación, están cualificados para
ello, y tienen la conciencia necesaria para cumplir con estas misiones, con la
confianza que da un padre a sus buenos hijos.
Por
tanto, cuando nos quejamos de las pruebas que nos aporta la vida, estamos
renunciando a la alegría que deberíamos sentir por tener la oportunidad de
demostrar a nuestro Padre Eterno hasta qué punto hemos sido capaces de
evolucionar, hasta qué punto hemos podido aprender las lecciones que recibimos,
porque cada vez que cometemos errores, estamos demostrando nuestras incapacidades,
y cada vez que triunfamos sobre el dolor de la adversidad estamos confirmando
nuestro crecimiento y nuestra preparación para metas superiores.
Sed,
pues, hermanos, conscientes de este proceso, y entended que La Regla de Oro de
Jesús[1] es el camino para poder evolucionar en todos y cada uno de los
obstáculos que os podéis encontrar. Mantened la esperanza, fruto de la
fe-confianza que, con el conocimiento que está a vuestro alcance, ya nunca
jamás deberá basarse en supersticiones, y mucho menos en miedo, sino en el
conocimiento profundo de la Ley de Dios y de los motivos amorosos por los que
sufrimos cada una de las pruebas.
Todos
estáis ya en condiciones de entenderlo. Los que no lo hacen no pueden alegar
ignorancia, sino que son contumaces, persisten en el error. Y cuando la verdad
se muestra, la responsabilidad queda asignada. Y aunque para algunos pueda ser
una mala noticia, sigue siendo consecuencia de su persistencia en el error.
Porque qué mejor oportunidad podemos tener que nos expliquen el mapa del
camino, para poder llegar al destino del mejor modo. Ese es el mensaje que dio
el Maestro Jesús, y que venimos a confirmar los miles de seres espirituales que
estamos trabajando constantemente por mostrar la Luz, para que voluntariamente
podáis entenderla y podáis guiaros por ella.
Y
no olvidéis transmitir la buena nueva, porque cada vez que penséis, que sintáis
y que habléis de la buena noticia, estáis dirigiendo vuestros actos en esa
dirección, estáis contribuyendo al apostolado, misión y responsabilidad de
todos los seres humanos que estamos en posesión del conocimiento de la verdad
eterna. Vuestra responsabilidad, al igual que la nuestra, nos llena de alegría
y felicidad, nos facilita el sentimiento de nuestro protagonismo consciente y
voluntario en el proceso evolutivo de todos los hermanos con los que
contactamos, y nos permite, en nuestras encarnaciones, alejarnos de todas las
tentaciones que aparecen en nosotros como consecuencia de nuestra debilidad,
porque son sustituidas, sublimadas, por la conciencia de la misión que deseamos
cumplir para glorificar la grandeza de nuestro Padre Eterno, y para formar
parte de su proyecto evolutivo.
Seguid
el camino del amor y de la compasión. Recordad que nada es vuestro. Y que nadie
tiene derecho a juzgar, si no es nuestro Padre que está en los Cielos. Buscad
la sencillez en la profundidad de vuestros pensamientos, y entended dónde hay
amor y dónde hay miedo en cada uno de ellos. Porque eso os permitirá
discriminar los pasos que estáis dando en cada momento, en vuestro proceso
experiencial de la vida material. Y de este modo tendréis actuando a vuestra
conciencia, a vuestro sentido del bien y del mal, en cada momento. Y si elegís
el camino del amor, y si os alejáis del camino del miedo, estáis teniendo éxito
en vuestro proceso humano carnal.
[1]
La solución a
todo: La Regla de Oro de Jesús
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