Las enfermedades

Comunicación realizada el 29/03/2020 (transcripción íntegra)

Contenidos:
-         El proceso de la sanación.
-         La manifestación de las enfermedades.
-         El reequilibrio.
-         La confianza y el propósito.
-         Cuando nos resistimos al reequilibramiento de los ritmos vitales.
-         Cumplid con vuestras obligaciones.
-         La salud está vinculada a la naturaleza y al amor.
-         Sonreíd y confiad.
-         Lo que os pasa son grandes oportunidades para evolucionar.
-         Aprovechar los periodos de convalecencia.
-         Pecado y error son dos formas de indicar lo mismo.
-         Qué son las enfermedades.
-         Combatir las dificultades.
-         El progreso humano y las pruebas.
-         Responsabilidad de mantener la atención.
-         Sufrimiento y progreso.
-         La dureza de nuestro corazón.
-         Mantened la intención y la atención en el progreso espiritual.
-         Tiempo, dolor y humildad.

La sanación es un proceso en el que se reequilibran todos los ritmos y fluidos corporales, después de haber sido alterados por eso que llamáis enfermedad. Todas las enfermedades, ya sean por traumatismos, por infecciones, por diferentes tipos de disfunción psicológica, etc. se manifiestan por alteraciones bioquímicas en vuestro organismo. El reequilibrio de estas actividades, de estos ritmos, se puede hacer de muchas formas, pero todas incluyen la necesidad de tener confianza en la recuperación y propósito de que se realice, porque a través de ellos, de la confianza y del propósito, se va a disponer al organismo para que reciba, de un modo positivo, todos los tratamientos médicos que puedan ser necesarios.

Del mismo modo que si nos resistimos al amor de Dios sufrimos de forma indecible, igualmente ocurre cuando nos resistimos al reequilibramiento de los ritmos vitales que han ocasionado la enfermedad. Porque es necesario un proceso personal para que la salud, que se ha alterado, pueda volver a adoptar el estado correcto que todos deseamos. Pero recordad que la salud es una expresión del equilibrio físico y psíquico, y la enfermedad es una expresión de estar desequilibrados. Por tanto, cumplid con vuestras obligaciones como seres encarnados, para poder mantener vuestro cuerpo y vuestra mente del mejor modo. Todo lo que da salud está vinculado a la naturaleza y al amor en todas sus manifestaciones.

Sonreíd a la vida, sonreíd a vuestro ser interno, confiad en todos los procesos, porque todos ellos tienen su finalidad. Todo lo que os pasa son grandes oportunidades para evolucionar. Estad atentos, observad vuestras enfermedades. Sed conscientes de cómo podéis aprovechar esos periodos de convalecencia para profundizar en vuestros pensamientos, para entender en qué podéis mejorar, porque cualquier error requiere el mismo proceso evolutivo que cualquier pecado. Porque pecado y error son dos formas de indicar lo mismo. Porque cuando cometemos un error, existen unas consecuencias, independientemente de que sepamos más o menos.

Un error es una acción a la que no le hemos prestado la atención suficiente, la intención suficiente o el trabajo suficiente para que se lleve a buen término. Y de eso, cada cual es responsable. Mantened la atención en esa responsabilidad, porque es lo que os facilitará el comprender en qué falláis y podréis, de un modo muy rápido, corregir vuestros errores.

Y las enfermedades, en la mayoría de los casos, son indicadores de cosas que tenéis que mejorar; en otros casos son motivos de expiación por errores cometidos anteriormente; y en algunos casos, también son compromisos con los que se viene a este mundo, para poder ayudar a evolucionar a otros, a través del sacrificio personal. En cualquiera de los casos, la atención debe manifestarse para poder trabajar por la mejoría.

Combatir las dificultades forma parte de nuestra esencia, de nuestra misión en el mundo, y las enfermedades son dificultades que, gracias al progreso humano, cada vez se superan mejor, porque también, cada uno de los seres que pueblan la Tierra, va avanzando individualmente en este progreso, y gracias a ello, vuestro entorno se hace más amigable, y os permite estar en mejores condiciones para poder recuperaros. Los sufrimientos son más ligeros, porque vuestra conciencia va creciendo. Fijaos los grandes avances del ser humano desde el siglo XIX, donde cambiaron absolutamente los modelos de vida gracias a la evolución de la tecnología. Igualmente, también evolucionó la ciencia médica, y facilitó la recuperación ante las diversas enfermedades.

Pero eso, en ningún caso os quita la responsabilidad de mantener vuestra atención, porque gracias a ella seréis capaces de entender que todo sufrimiento tiene su motivación de progreso. El dolor, el sufrimiento, es un aviso que nos permite centrarnos en el proceso evolutivo, y siempre se producirán estos avisos de acuerdo con la dureza de nuestro corazón. Cuanto más próximos a la luz del Padre Eterno nos encontremos, los avisos serán más dulces y delicados, serán más compasivos, pero siempre porque son los adecuados que cada uno de nosotros necesitamos en nuestro proceso evolutivo personal. Y por ello, las enfermedades que asolaban a la humanidad anteriormente, ahora se van controlando de un modo mucho más eficaz, porque ya no son necesarias para el sufrimiento de muchos de los habitantes del planeta. Pero no siempre ocurre así, y es decisión de cada persona avanzar en su progreso.

Como conclusión, mantened la intención y la atención en el progreso espiritual, buscad el bien en todos vuestros actos, cumplid con la Ley del Amor. Y mientras sufrís enfermedades, mantened vuestra atención, porque tendréis las oportunidades de dar grandes saltos evolutivos, porque dispondréis de tiempo para meditar, de dolor para ser conscientes de vuestras necesidades, y de humildad para comprender que somos demasiado insignificantes como para que el orgullo pueda ser útil en nuestra vida.

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