El liderazgo
Comunicación
Espírita realizada el 07/02/2020 (transcripción íntegra)
Contenidos:
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¿De qué hablamos cuando nos referimos
al liderazgo?
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La responsabilidad de dirigir.
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Nuestros actos marcan el modo de
pensar, sentir y actuar de las personas que nos siguen.
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Requisitos del liderazgo.
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La Ley del Amor en el liderazgo.
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Ejemplo, motivación y entusiasmo.
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Ser útiles a los demás.
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Mentes individuales y colectivas.
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Hacernos entender por la mente y por
el corazón.
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La evolución progresiva.
- ¿De qué hablamos cuando nos referimos
al liderazgo? ¿jefes, padres, guías? ¿hablamos de liderar nuestra propia vida?
Cuando
dirigimos, estamos asumiendo una responsabilidad, porque nuestros actos marcan
el modo de pensar, sentir y actuar de las personas que nos siguen, ya sea por
una cuestión de afinidad, de carácter laboral, incluso en el caso de los padres
respecto de los hijos. El liderazgo exige meditar antes de decidir, saber cómo
se asignan los cometidos, conocer a las personas para que esos cometidos puedan
cumplirlos de un modo adecuado, que siempre debe formar parte de nuestra ética
evolutiva, que se basa esencialmente en la Ley del Amor. Cualquier actividad,
incluida la guerra, debe basarse en la Ley del Amor, porque en el momento en
que nos alejamos de ella, todo es destrucción, todo es desgracia, miedo e
injusticia.
Pero
para conseguir que esto ocurra es necesario ser ejemplo, pero también ser un
elemento motivador que permita entusiasmar a las personas con el positivismo de
tener una meta importante que lograr. La monotonía es una de las grandes lacras
en cualquier actividad. Por eso es tan importante crear entusiasmo. Ser capaces
de vivir cada día de un modo nuevo, descubrir que todo es especial, que todo
merece la pena. Eso es encontrar el sentido de la vida, encontrando el sentido
en cada una de las actividades que realizamos, desde el mismo gesto de
respirar, y mantener una actitud de agradecimiento permanente por todas las
ventajas que recibimos por estas actividades que tenemos la oportunidad de
desarrollar para ser útiles a los demás.
Somos
personas, pero también somos parte de unos colectivos (parejas, grupos) que
tienen mente propia, conjunto de las mentes de todos sus integrantes, Y cada
vez que compartimos nuestras opiniones debemos ser consecuentes con las
opiniones de los demás, hacernos entender por la mente y por el corazón, y
buscar la evolución progresiva, casi nunca radical, de las cosas. Porque por
buena que pueda ser una idea, cuando se instaura de repente, en realidad se
está imponiendo, y no se suelen conseguir los efectos positivos que se pudiesen
pretender. Al menos en el primer momento. Por eso, salvo en casos de urgencia,
podemos comprobar que se aumenta la eficacia cuando la implantación de toda
novedad se hace como la digestión, suave, progresiva y adaptada a las
circunstancias de cada persona.
Más
información:
Ser jefe o autoridad o ser padre. No es facil ; tienes que asumir responsabilidades y ser un ejemplo para tus subordinados. O si eres padre para tus hijos
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