La justicia y la venganza
Comunicación realizada
el 16/04/2020 (transcripción íntegra)
Contenidos:
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Qué es la
justicia.
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Ser justos
en la vida.
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La
transformación de nuestra justicia cuanto más nos aproximamos a Dios.
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La justicia compasiva.
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Justicia VS.
venganza.
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Lo que conseguimos
por la experiencia del mal.
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Aplicar la
justicia compasiva.
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La
importancia de nuestra propia iniciativa.
-
Transformar el
entorno.
-
No hay nada
fuera de lo que vosotros, individualmente, podáis hacer.
La justicia es el modo de
establecer unos criterios de equilibrio entre los miembros de una sociedad. El
ejercicio de la justicia normalmente se suele entender con las acciones de
castigo contra los culpables, aunque también entendemos que es de justicia
premiar las buenas obras.
Ser justos en la vida implica
ejercer justicia con todo lo que nos ocurre y dar lo que se merece cada cual.
Sin embargo, cuanto más nos aproximamos a Dios, nuestra justicia se parece más
a la justicia de Dios. Y Dios jamás castiga, sino que da numerosas
oportunidades, para que cada cual tenga la posibilidad de aprender, de acuerdo
con sus capacidades. Y, por tanto, encontramos aquí el verdadero sentido de la
justicia, cuando se administra siempre con la compasión debida.
Sin embargo, muchas veces, se
confunde justicia con venganza, y es evidente que la venganza es el oscuro
resultado de desear el mal a los demás, autootorgándonos la potestad de
entender sobre sus actos. Pero nunca podremos conocer los móviles que motivan a
actuar a una persona, y el hecho de que nos haya hecho mal, no debe justificar
el devolver ojo por ojo y diente por diente. Esa justicia no es la justicia de
Dios, porque si así fuese, nosotros estaríamos extinguidos. Todos los seres evolutivos
estaríamos extinguidos desde el principio, porque en nuestros procesos
evolutivos, al principio se cometen muchos errores, y si recibiéramos el
castigo por cada uno de ellos, duraríamos muy poco.
Por ello, el concepto de
venganza debe ser borrado del vocabulario de cualquier persona que quiera
seguir el camino hacia Dios, y el concepto de justicia debe basarse siempre en
la compasión y en devolver bien por mal. Porque si hay algo que conseguimos por
la experiencia del mal es convertirnos en transformadores de ese mal en bien.
Seamos, pues, modelo de justicia, entendiendo estas palabras, y apliquémoslas a
toda faceta de nuestra vida, desde las relaciones personales familiares, hasta
las relaciones laborales y de todas las organizaciones sociales en las que
estamos involucrados.
Demos muestra de justicia
compasiva, para poder conseguir tener una familia, una sociedad, un planeta,
una vida, en fin, que sea justa y compasiva también. Porque no hay nada que se
cree que no empiece por nuestra propia iniciativa. Si esperamos que sean los
demás los que den el primer paso, estaremos desperdiciando la oportunidad de convertirnos
en creadores de nuestros modelos de vida perfecta a los que aspiramos. Y si
nada hemos hecho, ningún mérito tenemos.
Entended la importancia de
tomar decisiones coherentes en la vida, para poder transformar vuestro entorno
del mejor modo posible. No hay nada fuera de lo que vosotros, individualmente,
podáis hacer. Esta también es una de las manifestaciones de la compasión que
debéis sentir hacia vuestros hermanos sufrientes en la vida. Porque, si ellos
no son capaces de cambiar y vosotros tampoco lo hacéis, nada podéis
reprocharles.
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