La solidaridad

Comunicación Espírita realizada el 17/03/2020 (transcripción íntegra)

 

Contenidos:

-         El desarrollo de las sociedades en armonía.

-         La base y la premisa.

-         No se debe ser solidario con los que son insolidarios.

-         Sembrar en suelo fértil.

-         Solidaridad o caridad.

-         Extensión del principio de solidaridad.

-         Solidaridad social VS. socialismo o comunismo.

-         El desarrollo de las capacidades de cada persona no puede ser homogeneizado.

 

Nota del transcriptor: Queridos hermanos, este mensaje se sale del ámbito estrictamente personal y trasciende más allá, proponiendo un cambio evolutivo en la sociedad, donde se vaya implantando la ley del amor a nivel colectivo. Se trata de desarrollar un modelo de apoyo de grupo, donde pueda mantenerse el consenso y la libertad, por lo que solo se parece a los modelos de sociedades familiares (bien avenidas) que conocemos. Aquí se propone comenzar con pequeños grupos, familia y/o amigos, para poder entender que el apoyo de todos para todos es la solución que nos permitirá crecer en seguridad y, por tanto, en felicidad.

 

COMUNICACIÓN RECIBIDA

 

La solidaridad es una de las grandes cualidades que permiten el desarrollo de las sociedades en armonía. Se basa en la confianza entre las personas y, por lo tanto es necesario, como premisa fundamental, establecer unos lazos de confianza, para que los apoyos que se otorguen estén bien aprovechados. En una sociedad solidaria no se puede ir prestando a todas las personas sin establecer un criterio justo y coherente, porque se podrán utilizar los recursos de un modo bueno o malo, y no se debe ser solidario con los que son insolidarios, ya que destruyen cualquier iniciativa, aprovechándose de ella y sin aportar beneficio a la colectividad. Hay que saber protegerse de ellos. Por tanto, buscad, apoyad, al que realmente lo necesite. Sed cautos a la hora de actuar, porque los recursos siempre son limitados, y es necesario sembrar en suelo fértil para conseguir buenos frutos. Desarrollad, por tanto, primero unos lazos de amistad estrechos, y practicad la solidaridad posteriormente con quien consideréis que reúne las condiciones para que se empleen vuestros recursos prestados de un modo razonable y consecuente.

 

Porque apoyar a una persona necesitada, desconocida, es ejercer caridad, que es diferente. Con la solidaridad se logra una seguridad en el apoyo mutuo, en el apoyo del grupo. La caridad es una emoción que surge a nivel individual y que busca sofocar los sufrimientos de las personas. Pero el principio de solidaridad transforma sociedades, porque crea conjuntos de personas cubiertos bajo un principio fraternal de apoyo mutuo, que facilita la recuperación cuando uno cae, a través de la ayuda de todos. Así, la caridad es individual, y la solidaridad es colectiva. En la caridad solo se espera el éxito en el apoyo a la persona sufriente. En la solidaridad se está buscando el éxito en el apoyo del propio grupo a él mismo. Porque cada uno de los integrantes del grupo es parte de él, y el sufrimiento y la necesidad de cada uno de los individuos busca satisfacerse con el apoyo de la colectividad. Es el modelo básico de relación verdaderamente fraternal en el nivel de pequeños grupos.

 

Y cuando el principio de solidaridad se extiende a niveles de organización de regiones y países, las capacidades de progreso se incrementan de un modo exponencial. Pero no confundáis el concepto de solidaridad social con el socialismo o el comunismo, porque la realidad de estas doctrinas está basada en la anulación de la iniciativa del individuo, y eso es un atentado contra la ley natural de la libertad y del progreso. El desarrollo de las capacidades de cada persona no puede ser homogeneizado, porque se cometerían muchas injusticias, se infravaloraría y desaprovecharía el esfuerzo y la capacidad, y se consumirían los recursos en sostener a los ociosos y vagos. Así, las sociedades no pueden evolucionar jamás, porque ahoga la iniciativa, que es la base del progreso.

 

El principio fraternal de colaboración, la solidaridad, implica apoyar al que lo necesita realmente, devolviendo el préstamo en plazo razonable y garantizando el correcto empleo de estos recursos de apoyo para el progreso de la sociedad, y no solo para la satisfacción de las necesidades del individuo perezoso.

 

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