La caridad (1). Qué es
Comunicación
Espírita realizada el 01/05/2020 (transcripción íntegra)
Contenidos:
-
Qué es la caridad.
-
Regalar tiempo.
-
Caridad y compasión.
-
Cuando un ser necesitado recibe la
ayuda.
-
Dar oportunidades de entender el
camino del bien.
-
Las oportunidades de la acción
caritativa.
-
Los sentimientos de la caridad.
-
Caridad egoísta.
-
Todo acto que esté en el camino del
Padre Eterno produce felicidad.
-
Abrir las puertas del crecimiento
espiritual.
-
La llamada de ir a buscar al
necesitado.
-
La gran escuela que habéis elegido.
-
La influencia de Dios sobre los demás
a través de vosotros.
SOLICITUD
Querido
Dios, Padre Todopoderoso, te doy las gracias por este nuevo día que nos ilumina,
por haber descansado en el sueño reparador y haber despertado con la sensación
de felicidad que aporta la tranquilidad, y la plenitud de la vida, para poder
ponerla a tu servicio. Te pido que me permitas contactar con los Hermanos de
Luz, para que pueda recibir la información necesaria para comprender la
caridad. Espero poder ser digno vehículo de las enseñanzas que me otorgáis.
COMUNICACIÓN
RECIBIDA
La
caridad es el gran privilegio que Dios pone en nuestras manos para poder ser su
representación en el plano físico. La caridad es el modo esencial de atenuar el
dolor de las personas sufrientes. La caridad es el reconocimiento de que todo
lo que está a nuestra disposición son dádivas de las que disponemos para poder
contribuir a mejorar el mundo. La caridad es aportar lo que está en nuestra
mano para consolar a quien está necesitado, ya sea de alimento, ya sea de
cobijo, ya sea de aliento o de comprensión.
El
tiempo es lo único que tenemos que jamás se puede restituir. Regalar tiempo a
los demás es una gran obra de caridad. De hecho, las personas egoístas se
caracterizan por no conceder tiempo a nadie y centrarse solo en ellas mismas.
La
caridad es la consecuencia inmediata de la compasión. Es la puesta en práctica
de soluciones ante la observación del sufrimiento. Es asumir el protagonismo de
la solución a los problemas que tienen otros, por la satisfacción de poder
ayudarlos.
Cuando
un ser necesitado recibe la ayuda, puede actuar de una forma agradecida o de un
modo egoísta. La verdadera compasión permite que no haya en nuestro corazón
ninguna respuesta hostil, que no haya ninguna expectativa, que no esperemos la
respuesta amable como compensación necesaria de nuestros actos. Porque cada
alma tiene su proceso, tiene sus experiencias, y es necesario entender que
alguien puede estar pasando por una situación desoladora, y no se encuentra en
condiciones siquiera de mostrar agradecimiento ante las ayudas que recibe. Pero
la aportación que podamos hacer siempre contribuirá a darle oportunidades de
entender el camino del bien. Por lo tanto, no desfallezcáis en la caridad,
porque es la gran oportunidad que damos a los demás para dirigir su mirada
hacia Dios, y poderle decir “gracias”.
De
este modo, la acción caritativa aporta oportunidades, tanto al que da como al
que recibe. Y la caridad debe entenderse como un modo de ayuda, no de
sacrificio. Tiene que ser una forma de sentir felicidad, y no remordimiento. Un
modo de sentir el convencimiento de que estamos contribuyendo al bien, no una
sensación de obligación que nos puede imponer nuestra educación religiosa o
nuestras convenciones sociales. Porque cuando se actúa sin la intención
principal de ayudar al que lo necesita, cualquier otro motivo siempre entra
dentro del ámbito del egoísmo. Sentid, pues, las oportunidades que os da la
vida para poder manifestar la caridad.
Tened
en cuenta que todo acto que esté en el camino del Padre Eterno produce
felicidad en nuestra vida. Esta felicidad es el mayor regalo que podemos
recibir. Nos hace sentir que estamos en el camino de Dios, nos permite conectar
con la chispa divina que vive en nuestro interior. Nos permite aumentar nuestra
vibración y poder sintonizar con niveles más elevados de amor. Por tanto, el
concepto del sacrificio rompe con el objetivo principal de la caridad, debiendo
centrarnos en que caridad es felicidad.
Actuad,
por tanto, con caridad, hermanos, porque es la llave que os abrirá todas las
puertas del crecimiento espiritual. Si sentís la llamada de ir a buscar al
necesitado, que nada os lo impida, pero Dios pone en nuestro camino las cosas,
por lo tanto, entended que vuestra vida es la gran escuela que habéis elegido.
No es necesario viajar a la otra punta del mundo para poder ejercer la caridad.
Encontraréis en el momento en que seáis necesarios, para que Dios ejerza su
influencia sobre los demás a través de vosotros.
Nota
del canalizador: considero oportuno leer, en el documento Una nueva
sociedad, la sección “ayudar a los necesitados”. Las
conclusiones solo las puedes sacar tú.
Otros
artículos de esta colección:
La caridad (2).
Caridad y amor
La caridad
(3). Cómo se manifiesta
La caridad
(4). La oración eficaz
La caridad
(5). El aprovechamiento de nuestros talentos
La
caridad (y 6). Los niveles vibratorios
Artículos
relacionados:
Enseñanzas
sobre la oración (PDF)
Más
información:
Comentarios
Publicar un comentario
Gracias por aportar tus comentarios. Serán publicados tras la revisión por el administrador