Las dos cosas esenciales que debe aprender el ser humano de vuestras generaciones
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Crome
Comunicación
recibida el 28/12/2020 (extracto textual de la sesión completa)
Contenidos:
-
Las dos
cosas esenciales.
-
Lo que
producirá este logro.
-
Tenéis
muchas más posibilidades en la actualidad de poder alcanzar este conocimiento.
-
Consejo
sobre imponer este conocimiento.
-
Cómo se
alcanza el conocimiento.
-
Proceso para
entender la Ley del Amor.
-
Efectos de
la comprensión de las múltiples existencias en el plano carnal.
-
Comprobar el
concepto de las múltiples existencias.
-
Entender por
las personas que no han tenido esa experiencia, manteniendo el concepto de un
Dios soberanamente justo y bueno.
-
Consecuencia
de una sociedad egoísta.
-
Efecto de
las creencias.
Hay dos cosas esenciales que
debe aprender el ser humano de vuestras generaciones: la importancia que tiene
la Ley del Amor
a nivel individual y a nivel de toda la sociedad, y el proceso infinito del
alma humana[1], donde se producen las sucesivas reencarnaciones, para ir
produciendo la evolución progresiva, para ir logrando eliminar todas las
limitaciones que provoca la ignorancia y conseguir una mayor iluminación, esa
iluminación que permite entender, cada vez más, cuáles son las leyes del
creador, para poder cumplirlas y permitir la evolución.
En el momento en que la
humanidad entienda estas dos lecciones, las sociedades y los individuos
cambiarán de un modo transcendente. Tenéis muchas más posibilidades en la
actualidad de poder alcanzar este conocimiento, pero es decisión de cada
persona el poder adquirirlo. Por tanto, nunca pretendáis imponer este
conocimiento, mostrad cómo influye en vuestra vida, y todo lo demás surgirá de
forma espontánea.
- ¿Cómo se puede alcanzar este
conocimiento?
El conocimiento se alcanza por
procesos internos de comprensión. Entender la Ley del Amor es un proceso
interno de comprensión, que se manifiesta en todos y cada uno de los instantes
de la vida, que se pone en práctica y que, inmediatamente, consigue obtener
resultados satisfactorios. Y la comprensión de las múltiples existencias en el
plano carnal es una cuestión fundamental que permite entender toda la realidad
que nos rodea, porque se comprenden las diferencias entre unas personas y
otras, se comprende cuando los niños mueren al poco tiempo de nacer o, incluso,
antes de nacer. Se comprende las personas que tienen graves enfermedades, los
que sufren y los que gozan, los que viven en la indigencia y los que viven en
la opulencia.
Las múltiples existencias es un
concepto que solamente se puede comprobar por los testimonios de todos los
hermanos que han desencarnado y se han comunicado desde el lado espiritual.
Pero las personas que no han tenido esa experiencia pueden entender que el
hecho de las múltiples existencias es el único que permite explicar las grandes
diferencias que hay en la humanidad, manteniendo el concepto de un Dios
soberanamente justo y bueno, porque de cualquier otra forma, si solamente
existiera una única vida, todas las diferencias que hay en las experiencias de
cada persona, no permitirían entender la justicia de Dios de ninguna manera. Y
cuando una persona no comprende este concepto, automáticamente le invade el
egoísmo, porque en ningún momento ve motivos para poder actuar de forma
altruista, y muy especialmente en los casos en los que estas personas puedan
salir perjudicadas. El egoísmo crece en sus corazones, y una sociedad egoísta
se destruye a sí misma. No tendría lógica que Dios, en su infinita sabiduría,
pudiese implantar semejante ley.
Pero cualquiera de las dos
opciones puede formar parte de las creencias de las personas, y creer una u
otra opción, aunque no puedan comprobarlo, produce unos efectos completamente
diferentes. Creyendo en la reencarnación se desarrolla el amor, se asumen las
dificultades, se lucha por el progreso, pero siempre manteniendo una actitud
amorosa y feliz, porque se comprende la adversidad. Sin embargo, cuando
solamente se cree en una única vida, la actitud cambia completamente, y
solamente se busca el bien personal, sin entender en ningún momento, la
trascendencia que pueda tener la experiencia actual para el futuro, después de
la muerte física, pero sin entender tampoco la diferencia que se produce entre
unos recién nacidos y otros, en los que hay tantas y tantas diferencias, tanto
intelectuales, como morales, como físicas. Y este concepto lleva
irremisiblemente al ateísmo, porque no se puede mantener la idea de Dios como
ser justo y bueno, observando estas realidades en la creación.
[1]
“Creced, hermanos, es la voluntad de Dios, y es el anhelo que está inscrito en
vuestras almas para avanzar en la felicidad eterna, progresiva y evolutiva a la
que estáis sometidos en vuestro proceso de perfección eterna hacia Dios”
(fragmento del artículo El cambio
personal para la regeneración del planeta).
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