La relación entre las vidas encarnadas y desencarnadas
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Comunicación
recibida el 15/12/2020 (extracto textual de la sesión completa)
Contenidos:
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El
compromiso que habéis realizado para venir al mundo.
-
Alegoría del
mundo espiritual.
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Efectos de aumentar
de nivel vibracional.
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Efectos de
la ignorancia.
-
El
aprendizaje en los mundos material e inmaterial, sus diferencias y sus
objetivos.
-
Comprender
de un modo mucho más racional toda la injusticia que hay en vuestro mundo.
-
Comprender
el mensaje del Gran Maestro Jesús.
-
Ofrecer la
otra mejilla cuando se nos ataca y perdonar “setenta veces siete”.
-
Entender el
proceso.
-
Actuar sin
esperar resultados.
-
Cada
oportunidad que os da la vida es una forma de poder sembrar en el corazón y en
las almas de los demás.
-
No os importe
quién recoja la cosecha.
-
Labores de
asistencia en el plano desencarnado.
-
La
diferencia principal entre los planos encarnado y desencarnado.
-
Cuándo no
será necesario que volváis a reencarnar.
-
Porqué estas
enseñanzas tienen importancia en el ámbito en el que os encontráis.
-
Cuando el
sufrimiento desaparece.
-
La
resignación de la esperanza y la desesperación de la ignorancia.
Buenas noches, hermanos, que la
gracia de Dios, Padre Todopoderoso, os cubra, que tengáis la capacidad, la
atención, para poder cubrir la distancia del camino que os habéis marcado,
porque el compromiso que habéis realizado para venir al mundo es la gran
oportunidad, el trampolín, que os permite impulsaros en el progreso para poder
avanzar en el camino de Padre.
El mundo espiritual podría
parecerse, para que lo podáis entender, a ondas de radio. Cada ser espiritual
tiene unos niveles de vibración diferentes, y emite y recibe dentro de ese
nivel de vibración. La frecuencia de esa vibración podría equipararse con el
grado de elevación espiritual. Cuanto mayor es el grado, mayor es la frecuencia
vibratoria y, por tanto, solamente se recibe en la misma onda vibratoria en la
que se puede emitir. Esta alegoría os puede permitir entender que cada persona,
cada ser, cada alma que vive en el mundo espiritual, solamente puede
relacionarse con otros seres que sean de similar nivel vibracional. Aumentar de
nivel vibracional es disponer de una mayor capacidad de iluminación, de una
mayor experiencia, de una mayor forma de ver las realidades de la vida, de
acuerdo a la Ley del Amor, que es la que rige todo el universo.
Cuanta mayor ignorancia, la
frecuencia vibratoria es más baja, y todo en la vida, tanto material como
inmaterial, está vinculado a esto. Sin embargo, en el mundo inmaterial, durante
el proceso inmaterial, se sigue aprendiendo, pero este aprendizaje no se puede
poner en práctica con hermanos que sean de niveles vibratorios más bajos, ni
con otros que tengan mayor vibración. Eso solo se puede hacer en el plano
encarnado, porque aquí estáis todos en el plano material, donde tenéis la
capacidad de poder interactuar, independientemente de que tengáis un nivel
vibratorio espiritual más o menos elevado.
La voluntad del Padre Eterno ha
deseado que así se produzca, para que podáis adquirir la experiencia, que
vuestra ignorancia no es capaz de percibir por medio del aprendizaje, y también
tenéis la oportunidad de poner en práctica las enseñanzas que habéis adquirido
a lo largo de todo vuestro proceso vivencial, tanto encarnado como
desencarnado.
Así se puede comprender de un
modo mucho más racional toda la injusticia que hay en vuestro mundo, y se puede
comprender cómo es posible que personas que, aparentemente son muy buenas,
reciban los dolores del escarnio, de la necesidad, de las burlas, de la
indiferencia, porque los hermanos que puedan tener menos nivel vibratorio
tienen el libre albedrío de poder agredir, atacar, a otros que, a través de su
luz, les están cegando. Y, en base a su ignorancia, en lugar de intentar
aprender, se enfrentan a ellos. Pero cuando el nivel de sabiduría es
suficientemente elevado, se comprende el mensaje del Gran Maestro Jesús, cuando
transmite la paz como norma de vida, el amor como camino, y la felicidad como
respuesta a todo ello. Y nos invita a todos a ofrecer la otra mejilla cuando se
nos ataca, y a perdonar “setenta veces siete”[1] cada vez que recibimos
cualquier ofensa.
Pero no es una cuestión de
reprimir en nuestro fuero interno la intención que puede estar moviéndose
dentro de nosotros. A través de la consciencia, somos capaces de observarnos de
un modo pacífico, equilibrado. A través de la conciencia somos capaces de
discernir entre el bien y el mal[2], y podemos elegir el modo de responder ante
cualquier acto. Cuando alguien os está pidiendo, entended dónde estáis vosotros
y dónde pueden estar esas personas, sus necesidades y las vuestras, hasta qué
punto vuestra ayuda puede ser para ellos una gran oportunidad de entender el agradecimiento
que se puede tener a los demás. Pero no es una cuestión de esperar resultados,
forma parte del modo de poder transmitir lo que vosotros ya sabéis a través de
vuestro ejemplo. Y cada oportunidad que os da la vida es una forma de poder
sembrar en el corazón y en las almas de los demás. No os importe quién recoja
la cosecha, porque el que está en el camino del Padre es sembrador, y los que
van detrás son los que podrán recoger, y eso es exactamente el verdadero camino
de la evolución[3]. Porque solamente a través de esa aplicación de la
sabiduría, a través de las oportunidades que os da la vida, y de los actos que
realizáis de acuerdo a esas oportunidades, tenéis ocasión de poder demostrar
que vuestra alma ha sido capaz de alcanzar estos niveles de sabiduría. Y
simultáneamente con ello, estáis sembrando luz en otras personas sobre las que
influyen vuestros actos.
Este proceso solamente se puede
dar en el plano encarnado. En el plano desencarnado también se realizan labores
de asistencia, como estamos haciendo nosotros con vosotros, pero tiene mucha
menos relevancia, porque no estamos inmersos en vuestras realidades, y podemos
observar la verdad de un modo mucho más claro de lo que podéis hacerlo
vosotros. Sin embargo, en el plano encarnado, estáis todos, de todos los
niveles, mezclados, y las oportunidades se os brindan en cualquier situación.
Esa es una gran diferencia que hay, es la diferencia principal, que os permite
demostrar vuestro nivel de evolución, hasta que podáis llegar a un grado en el que
ya no será necesario que volváis a reencarnar. Porque todo el proceso de
desarrollo del amor habrá podido alcanzar un nivel suficiente como para poder
continuar en el plano espiritual.
Estas enseñanzas tienen
importancia en el ámbito en el que os encontráis, porque os permiten ampliar
vuestro horizonte, podéis comprender de un modo mucho más razonable la voluntad
que Dios Padre Todopoderoso tiene para vuestra realidad, y eso os facilita la
comprensión de todo lo que pasa a vuestro alrededor. La comprendéis, la
entendéis como oportunidades, en lugar de como problemas. Y el dolor se
mantiene, pero el sufrimiento desaparece, porque despierta en vosotros la
energía renovadora de la fe, que os permite afrontar cualquier resistencia que
se os presenta en la vida, y las cosas más dolorosas, las situaciones y
experiencias más dolorosas, las podréis sobrellevar a través de la fe, con la
resignación de la esperanza, en lugar de con la desesperación de la ignorancia.
[1] Evangelio según San Mateo
18,22.
[2] Ver artículo Consciencia y
Conciencia.
[3] Nota del canalizador:
pienso que, si observamos todo lo que hemos recogido en la vida sin necesidad de
haberlo sembrado nosotros, podremos entender hasta qué punto es importante que
seamos sembradores del amor de Dios, alegrándonos de que la cosecha la puedan
recoger otras personas, y así, ponemos en práctica la comprensión de que todos
somos hermanos y que todos somos uno con el universo y con Dios, somos su mano,
porque hacemos su voluntad.
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