Convulsionarios
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Comunicación
recibida el 16/03/2021 (adaptación
de la respuesta a una persona en concreto, de interés para comunicado público)
Contenidos:
-
Espíritus
que entran dentro de los cuerpos de los hermanos encarnados.
-
Los
efectos de las convulsiones.
-
Los
fármacos.
-
Efectos
de la oración.
-
Introspección
y análisis personal para poder detectar los errores que cometemos.
-
Procesos
necesariamente personales.
-
Lo
que puedan compartir con otras personas.
-
Trabajo
de los Hermanos Espirituales elevados.
-
Saturación
de sufrimiento para tomar la decisión de cambiar.
-
El
proceso del cambio progresivo.
-
Nadie
puede dar un paso por otra persona.
No hay ningún espíritu que entre dentro
de los cuerpos de los hermanos encarnados. Los efectos de las convulsiones son
físicos. Los espíritus no entran, como en algunos casos haya personas que
puedan creer. Así, una persona que tiene convulsiones, si recibe un fármaco,
las convulsiones desaparecen. Pero no siempre es necesario que estén sometidos
a fármacos, porque a través de la oración pueden empezar a desarrollar de un
modo muy eficiente la consciencia del comportamiento que están teniendo en su
vida. Empezarán a valorar esa realidad, porque la oración es la forma más
eficiente de introspección y de análisis personal para poder detectar todos los
errores que cometemos, y de los cuales, en muchos casos, no somos ni siquiera
conscientes. Pero esos son procesos que son necesariamente personales. Todo lo
que puedan compartir con otras personas pueden serles de ayuda, pero solamente
para poder recibir consejos. El trabajo lo tienen que hacer de un modo
personal. Asimismo, los Hermanos Espirituales elevados, incluido el Guía
Espiritual[1], están constantemente transmitiéndoles consejos positivos, y los
hermanos espirituales, que están vibrando en frecuencias similares a ellos, les
están transmitiendo los mensajes acordes con su elevación espiritual. Y si no
desean aprender a escuchar los niveles vibratorios más elevados, quedarán
fijados en estos otros niveles, hasta que se saturen de sufrimiento, y tomen la
decisión de cambiar.
Pero el cambio no se hace de forma
inmediata. Es un proceso de percepción de la realidad en la que se encuentran,
de búsqueda de la sabiduría necesaria, para poder dar el salto evolutivo, de
arrepentimiento del error cometido y del daño causado, de compensación de este
daño, bien sea reparando el que se ha producido o generando amor a su alrededor
en cada una de las experiencias que la vida les ofrezca. Y comprometerse, de
forma clara y contundente, a no volver a cometer los mismos errores.
Pero ya sabéis, solamente se puede
guiar, nadie puede dar un paso por otra persona, y hay que respetar el libre
albedrío[2].
[1] Ver artículo El Guía
Espiritual (1)
[2] Ver artículo La ley del libre albedrío
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