La emisión de energía de amor a los alimentos

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Comunicación recibida el 11/05/2021 (extracto textual de la sesión completa)

 

-       ¿Cómo se hace la emisión de energía de amor a los alimentos?

 

Del mismo modo que se emite el amor a cualquier otra manifestación de la vida. De acuerdo a toda la gratitud que se puede sentir por toda la manifestación de la vida, podemos dirigir ese agradecimiento en forma de energía, tanto a personas como a cualquier otro tipo de manifestación, animales, objetos, alimentos. Cuando aprendemos a concentrar la energía a través de nuestras manos podemos dirigirla de un modo muy concreto en una determinada dirección, sobre un determinado objetivo. En el caso de los alimentos, el modo habitual es dirigirla con las palmas de las manos hacia esos alimentos, para poder cargarlos de energía vibracional, que siempre estará en una frecuencia muy similar a la de la persona que la emite pero que, de acuerdo a las peticiones que pueda hacer, ya sea a Dios, ya sea a los Espíritus más elevados, puede recibir un aumento vibracional que le permita transmitir la energía que recibe de acuerdo a un nivel más elevado, pero siempre dentro del rango en el que se encuentra su espíritu, porque no se puede transmitir una energía superior a la que nuestro propio espíritu tiene[1].

 

Y esta energía, que se puede dirigir con las manos, pero que también se puede dirigir con la intención, sin necesidad de poner las manos, puede permitir impregnar los objetos, los alimentos y, muy especialmente el agua. Porque el agua tiene una forma de captar la vibración energética de un modo muy especial, que ya ha sido investigado en varias ocasiones[2] y que permite confirmar que el proceso de nuestras propias intenciones genera una determinada energía que es capaz de ser percibida por el agua, y mantener esa firma energética durante un tiempo que puede variar de acuerdo con el resto de las energías que pueda tener a su alrededor.

 

La emisión energética está basada en la intención. A través de la intención se moviliza la energía, tanto en el plano físico como en el plano espiritual, y permite dirigirla hacia el objeto que deseamos. La práctica os permitirá realizarlo cada vez de un modo más eficiente.

 

Tomar alimentos que están cargados energéticamente, en el momento en que se van a ingerir entran en sintonía con el propio nivel vibracional de la persona que los toma, de tal manera que, si la persona tiene un nivel vibracional bajo, esos alimentos no le van a elevar el nivel vibracional, porque solamente a través de la propia voluntad, de la propia intención, elevamos nuestro nivel vibracional. Esto permite que se manifieste el libre albedrío del ser humano.

 

Pero si alguien, de un modo consciente, recibe un alimento cargado energéticamente, y desea elevar su vibración, en este caso sí que la elevará, pero no por el hecho del alimento, sino por la voluntad que está desarrollando y por el firme convencimiento de que lo va a lograr. Y aunque el alimento está cargado energéticamente, es la propia persona la que eleva su nivel vibracional, porque así se ajusta a la Ley de Dios. Y el libre albedrío le permite que pueda hacerlo, porque solo a través de su voluntad se puede elevar este nivel vibracional.

 

Por este mismo motivo, si esa vibración con la que se impregnan los alimentos fuera de un nivel bajo, la persona que los ingiere no recibirá malas influencias, sino que ese alimento, al integrarse en esa persona, adquiere el nivel vibratorio que, en este caso, sería más elevado.

 

Entended que todo el proceso evolutivo es siempre voluntario, y todo el apoyo que se le pueda dar a cualquier persona, ya sea a través de la oración, de la energía de los alimentos o de cualquier otra cosa, lo único que le hacen es darle oportunidades donde poder apoyarse para que, por su propio mérito y esfuerzo, avance en el camino hacia Dios, porque este camino siempre es voluntario. La ayuda que se le pueda prestar no va a poder avanzar ningún paso, pero sí le puede facilitar que pueda darlos. Y la energetización de los alimentos que va a recibir cada persona es una forma de elevar el nivel vibratorio personal y facilitar que, durante la ingestión del alimento, se pueda mantener una atención y una intención en la que se produzcan los efectos positivos deseados. Esa es la esencia de la carga energética que se le puede dar a los alimentos, y que está directamente vinculada al proceso que se realiza, por ejemplo, en la eucaristía. Porque podréis comprender que el hecho de que una persona comulgue, no la hace mejor ni peor, lo que realmente importa es el proceso interno que esa persona realiza para poder mejorar en todo su proceso evolutivo.

 

Y si esa herramienta le sirve, está pudiendo aprovecharla de un modo positivo. Puede aprovecharla desde la ignorancia de creer que le va a producir el efecto, o de comprender que, solamente a través de su propio esfuerzo, va a lograr el objetivo, y que ese procedimiento, ese protocolo, le está sirviendo de recordatorio para poder impulsarle a realizar los cambios en su vida que le permitan evolucionar.

 

[1] Nota del canalizador: este aumento de frecuencia vibratoria puede ser debido a entrar en eso que denominamos “nuestra mejor versión”. Ver artículo Tu mejor versión

[2] Ver artículo y vídeo en https://triskelate.com/masaru-emoto-mensajes-ocultos-del-agua

 

Más información:

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Comer alimentos cargados energéticamente

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