Efectos de la oración por otras personas (1). El sentimiento del emisor y el libre albedrío del receptor
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Comunicación
recibida el 31/05/2021 (extracto
textual de la sesión completa)
Las oraciones que estáis
transmitiendo tienen unos determinados efectos, que están influidos por varios
motivos. Uno de ellos es el proceso del sentimiento con el que se emite la
oración. Si realizáis las oraciones con el corazón, en vez de hacerlo con la
mente, tenéis muchas más posibilidades de que esas oraciones cumplan con el
propósito que buscáis.
Asimismo, también es importante
comprender que las oraciones no cambian la voluntad de Dios, ni cambian la
voluntad de las personas sobre las que las dirigís, pero sí que pueden recibir
la influencia para que, cada cual, por su propia decisión, tenga la capacidad
de poder modificar pensamientos, sentimientos y comportamientos.
Esa influencia es exactamente
la misma que la que pueden provocar otros hermanos que pueden estar cargados de
ignorancia[1], y que pueden inducir del mismo modo a determinadas actividades,
a determinados comportamientos, a determinadas actitudes, que puedan estar
alejadas del camino de Dios. Pero siempre, siempre, se producirán de acuerdo a
la voluntad de la persona que las realiza. Porque Dios decreta que todos los
seres evolutivos somos libres para poder elegir el camino que deseemos. Y esa
libertad exige, necesariamente, que no sea posible influenciarla de un modo
decisivo, por muchas oraciones o por muchas intenciones que podamos tener sobre
otras personas. Así, la decisión siempre corresponde al alma, para que pueda
cumplir con su destino o con sus misiones, ya sea en el plano encarnado o
desencarnado.
[1]
Nota del canalizador: a estos hermanos se les suele denominar “obsesores”. Más
información en artículo Desobsesión.
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