La actitud compasiva
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Crome
Comunicación
recibida el 16/08/2021 (extracto
textual de la sesión completa)
Entended la importancia de
mantener la actitud compasiva con todas y cada una de las personas que
participan en vuestra realidad. La ignorancia de los demás, cuando se mantiene
con una actitud compasiva, está demostrando vuestra sabiduría. La ignorancia de
los demás, cuando es criticada, está demostrando vuestra propia ignorancia.
Entended la importancia de la actitud compasiva, porque es la punta de la
flecha de vuestro progreso personal. Todas vuestras relaciones deben mantener
este criterio, deben mantenerse en esta actitud, porque la actitud amorosa
solamente son palabras si no está impregnada de esta actitud compasiva de la
que os estoy hablando, porque toda la información, todas las actitudes y actos
de las demás personas, siempre son filtradas a través de la mente propia, y el
concepto que cada cual tiene del bien y del mal hace que os convirtáis en
jueces, y necesitáis de un trabajo para poder superar esta tendencia natural de
la ignorancia, que va filtrándose y va depurándose a través de la sabiduría de
la evolución.
Así, cuando tengáis que
observar cualquier conducta[1], entended cómo observa un padre o una madre a
sus hijos, entended toda la responsabilidad que asume en esta relación, una
relación en la que busca que las cosas se desarrollen del mejor modo posible. Y
del mismo modo que a un niño pequeño no se le debe tratar como a un niño más
mayor, o a un adulto, igual debe ocurrir en las relaciones con las demás
personas. Adaptad vuestra forma de comportaros, de enseñar, de relacionaros, de
acuerdo a las necesidades que cada persona tenga. Así tendréis la posibilidad
de poder transmitirles la palabra, de acuerdo a sus capacidades, y
estableceréis las relaciones de un modo cordial y amoroso, porque seréis
capaces de conectar con el corazón de esas personas. Solo así puede hacerse.
Dirigid la atención hacia los
demás, y no hacia vosotros mismos. Es un proceso muy difícil, porque es
necesario eliminar el ego, mantener una actitud humilde, serena, y entender
hasta qué punto tenéis las capacidades para poder ser luz en el camino de los
demás. Esta actitud, que puede parecer al principio extremadamente seria, en
ningún momento tiene porqué ser necesariamente así. Las relaciones humanas
deben adaptarse a la situación en las que se encuentran, y en un ambiente de
alegría, del mismo modo que en un ambiente de serenidad, o cualquier otro,
siempre existe la posibilidad de poder dirigir el modo en el que compartir
vuestros pensamientos y vuestros actos con los demás.
Seguid el camino de la luz de
Dios y estaréis actuando correctamente.
[1]
Ver artículo No juzgar a los demás y diferenciar entre lo bueno y lo malo
Más
información:
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