Que se haga la voluntad de Dios
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Comunicación
recibida el 16/08/2021 (extracto
textual de la sesión completa)
- ¿Cómo aceptar que se haga la voluntad
de Dios?
Cuando se hace todo lo posible,
pero no se logran los objetivos, existen unas condiciones que no se han podido
cumplir. Puede ser que eso que creíamos que habíamos hecho con tanto detalle y
con tanta perfección, realmente no haya sido así. Podemos analizarlo, para
observar si se puede mejorar. En caso de que se pueda mejorar, en caso de que
se pueda cambiar el camino para lograr el mismo objetivo, si podéis entender
que es algo factible, tenéis la oportunidad de poder volver a intentarlo.
Pero volver a repetir un mismo
proceso que no ha funcionado anteriormente, si no hacéis ninguna modificación,
el resultado volverá a ser igual. Por lo tanto, es importante comprender que
repetir un proceso que ha supuesto un fracaso, necesita de determinados cambios
que permitan que el fracaso se convierta en éxito.
Dios, en ningún momento toma
las decisiones por vosotros. Vuestro libre albedrío os garantiza tener la
responsabilidad de todos vuestros actos, y eso es una gran noticia, porque
permite confirmar el motivo por el que estáis en el plano encarnado. Dios
establece las Leyes de los universos, y está la Ley de Causa y Efecto[1]. Todo efecto
tiene una causa previa, y de acuerdo a lo que hagáis, a vuestras acciones y
omisiones, éstas interactuarán con el resto de los factores que participan en
cualquier proyecto, y se producirán unos resultados de acuerdo con ellos. Si mantenéis
en vuestro corazón seguir el camino del amor de Dios, tanto el objetivo que os
podáis marcar como la forma de poder hacerlo se mantendrán dentro de los
principios éticos y amorosos del Padre Eterno, y eso permitirá que vuestra
conciencia se mantenga en un estado de felicidad.
Pero hay muchos factores que
pueden influir en la consecución de cualquier objetivo, y puede haber factores
externos que dificulten que se produzca el resultado apetecido. Cuando hablamos
de que se cumpla la voluntad de Dios, no significa que Dios tenga la voluntad
de que se logren los proyectos que nos planteamos en la vida, sino de que se
cumplan las Leyes que ha marcado para que la vida exista, y si comprendemos
esas Leyes, tendremos la capacidad de poder actuar dentro de la línea de su
voluntad.
Y todo es aprendizaje. Según vamos
aprendiendo, todo lo que pongamos en práctica estará impregnado de más y más
nivel de sabiduría, y podremos tener previstos todos los pormenores que pueden participar
o que se pueden producir a lo largo del proceso para conseguir los objetivos. No
podéis pretender poner en práctica algo de lo que no sabéis. Preparaos,
instruíos, para poder actuar con eficacia. Porque Dios os guía en el momento en
que entendéis cuáles son los caminos que él ha marcado. De ese modo os guía
Dios, porque Dios no da ningún paso por vosotros, solo os muestra los caminos,
normalmente a través de las señales de la propia vida y de las señales que
entran en vuestra mente y en vuestro corazón.
Esto que os estoy explicando,
cuando seáis capaces de comprenderlo, podréis ver que es tremendamente
sencillo. Es mucho más sencillo de ponerlo en práctica que de explicarlo,
porque es como andar en bicicleta. Es mucho más sencillo moverte con la
bicicleta que explicar cómo se hace.
[1] Ver definición de Ley
de Causa y Efecto.
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