Sublime lección de un ser angelical
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Crome
Testimonio
del transcriptor del 30/08/2021
Tengo
una hermana maravillosa. Bueno, en realidad tengo dos hermanas maravillosas,
pero una de ellas decidió venir a este mundo como maestra de vida, y el resto
de la familia vinimos a aprender. Sufrió en el vientre de su madre, perdió
oxígeno al nacer y nos regaló al mundo una maravillosa muñequita con infinita
capacidad de amar. Los ignorantes la ignoran, los perversos la desprecian, pero
las personas que tienen la capacidad de percibir la mano de Dios en la vida son
capaces de disfrutar con su presencia, de valorar sus sonrisas, de sentir su
gran corazón. Es difícil llegar a ese nivel de elevación espiritual que sea
capaz de percibir el gran regalo de su presencia porque, como gran maestra que
es, es capaz de mostrarnos el camino en cada momento a través de la actitud
amorosa, humilde y simpática con que nos regala cada sonrisa, que nos dirige
con la espontaneidad de los niños, y que es la realmente útil, la realmente
valiosa, la que muestra la grandeza de un espíritu elevado.
Cometí
un error y actúe con ella de un modo desconsiderado. Y no hay excusas, pero sí
grandes lecciones. Su respuesta fue la de una niña desvalida, vertiendo
lágrimas de pena y pidiéndome perdón. ¡¡¡Ella a mí!!! "Yo no soy igual que
tú —me dijo entre sollozos— y no puedo hacer todo bien ¿me perdonarás?".
Cuánto amor y qué pequeño me siento ante un alma tan maravillosa. Y mi gran
maestra me permitió abrazarla, pedirle perdón y multiplicar mi carga de amor
gracias a su valerosa alma, siempre dispuesta a perdonar, siempre preparada
para amar.
Cuánto
nos falta para poder llegar a ser tan buenas personas como para poder
comprender a todos estos ángeles que vienen al mundo a darnos las lecciones que
necesitamos para evolucionar, aunque sea un poquito, en el camino del amor
infinito que Dios nos muestra con ellos.
En
esta lección he aprendido la grandeza de quien ama, la grandeza de quien es
humilde, que puede derribar los muros más resistentes con la fuerza del
inigualable amor que ha sido capaz de ganar en el camino que nos dirige hacia
la evolución infinita que Dios nos marca a cada ser.
Espero
poder seguir aprendiendo en la vida para poder aproximarme, aunque sea un
poquito, a la grandeza de mi maravillosa hermana.
Más
información:
Artículo “Y Dios elige a las madres”
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