La educación infantil
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Comunicación
recibida el 07/10/2021 (extracto
textual de la sesión completa)
Los niños tienen mentes
abiertas, carentes de prejuicios. Su incorporación a la materia hace poco
tiempo permite que se mantengan en un estado de limpieza en cuanto a
pensamientos. La experiencia de la vida, progresivamente les va incorporando
las limitaciones, los errores y todas aquellas circunstancias que les
correspondan superar a lo largo de esta encarnación. Sin embargo, generalmente,
los niños están recibiendo la mayoría de estos contenidos a partir de la
pubertad, en la mayor parte de los casos, y solamente unos pocos [de esos
contenidos], desde el momento de la concepción hasta esa fecha. Eso facilita
que las enseñanzas que se les pueda aportar sea más sencillo de lograr
hacérselas llegar, porque no las rechazarán, siempre y cuando las reciban desde
un punto de vista agradable.
Por eso, las enseñanzas que se
dan a los niños tienen que tener matices diferentes de las que se hacen a las
personas adultas. Debéis entender que el juego, la alegría, la actividad física
y las relaciones personales, son elementos esenciales en el desarrollo del
aprendizaje de los niños. Buscad, pues, el modo de poder conjugar estas
características para que vuestras enseñanzas puedan ser percibidas por ellos
desde un punto de vista agradable, que las acepten y que estén siempre dentro
del nivel cultural que tienen los niños, porque tienen que comprender la
información que les llega, y determinada información, especialmente abstracta,
para ellos será totalmente imposible de comprender. Toda enseñanza debe ser
progresiva, y en el caso de los niños, es necesario mantener un proceso muy
riguroso en esta progresión, porque en el momento en que sientan que esa
información no la comprenden, es muy probable que se aburran y se bloqueen.
Por tanto, mantened en ellos
siempre el entusiasmo, y sed muy cautos, porque ellos, en muchas ocasiones, no
están capacitados para saber expresarse y deciros que no comprenden la
información que les llega. Debéis mantener esa atención que, quizá con los
adultos, pueda ser menos necesaria, especialmente con los adultos que están
motivados, tienen pocos prejuicios y son capaces de preguntar todas las dudas
que se les plantean. Pero en la mayoría de los casos, los niños no son así, y
aceptan la información que se les ofrece de un modo muy natural, pero no suelen
profundizar más de lo que se les aporta. Por tanto, esa atención por parte de
quien les enseña es tremendamente importante para poder garantizar que la
reciben de un modo correcto, que la comprenden y que la pueden poner en
práctica en la realidad de sus vidas. Así, esta explicación que os damos, puede
tener ciertas aplicaciones a las enseñanzas para adultos, pero son específicas
para el caso de los niños.
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