La organización cultural de las religiones
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Crome
Comunicación
recibida el 09/10/2021 (extracto
textual de la sesión completa)
- La organización cultural de las
religiones ¿es positiva o hay otra forma mejor de evolucionar en el aprendizaje
religioso?
Las religiones están
estructuradas en su mayor parte, por no decir en todas ellas, por una serie de
elementos. Los primeros de ellos son los dogmas, definidos estos como aquellas
ideas que se consideran verdaderas y no están sujetas a discusión, aunque no
hayan podido ser comprobadas. También existen los ritos, que son los actos que
tienen una determinada forma, estructura y contenidos, que dan una facilidad a
sus miembros para poder integrarse y realizar actividades sincronizadas entre
ellos. Evidentemente, tienen la importancia de facilitar que todos los miembros
puedan entrar en unos niveles de sintonía similares, y ese es el objetivo
principal de estos ritos. Pero si no se combinan con una intención de elevación
espiritual, nada se consigue. Y cuando estos ritos pierden la comprensión de
este objetivo, se convierten en un proceso maquinal, automático, inconsciente,
que dificulta el desarrollo de la naturaleza divina del ser humano, porque solo
a través de la consciencia se puede evolucionar, se puede cambiar, se puede
adelantar, modificando todas aquellas pautas que puedan estar alejadas del
camino de la Ley del Amor[1].
Por tanto, las religiones que
no tienen como finalidad principal esta Ley del Amor, y que establecen una
serie de jerarquías, están dificultando el proceso evolutivo de sus miembros.
Pero es un obstáculo más que la vida pone al alcance de los hermanos
encarnados, para que tengan la posibilidad de poder superarlo. Por eso, la
actitud correcta en ningún momento implica la erradicación de nada. La actitud
correcta es constructiva, es mostrar el camino, pero sin imponer. Y por eso,
precisamente, es tan difícil de aceptar por muchos, porque en muchos casos
prefieren ver lo maravilloso, lo que se sale de las bases fundamentales que
marca Dios para la naturaleza, y pretenden encontrar en los fenómenos el
objetivo de sus atenciones, cuando realmente el verdadero objetivo está dentro
de cada uno de nosotros, donde tenemos que encontrar esa semilla, para ir
haciendo que se desarrolle, que crezca y que evolucione a través del amor y de
la sabiduría.
Sed cautos[2], por tanto, pero
sed misericordiosos y amorosos en todo momento, porque si podéis aportar luz a
las personas que están obcecadas, nunca será imponiéndoles nada. Mostrad
vuestro ejemplo, y tened la paciencia y la constancia, para que las preguntas
salgan de las bocas de ellos, sin tener que estar presionándoles, y sin sentir
vosotros la sensación acuciante de que se tienen que producir cambios en estas
personas. Porque cada alma evoluciona de acuerdo a su propio ritmo, y debéis
comprenderlo y respetarlos.
[1] Ver artículo La Ley del Amor (PDF).
[2] Ver artículo Aplicar la caridad en el mundo y defendernos de los injustos.
Más
información:
Tengo una muy amarga experiencia sobre este tema de las religiones, o mejor dicho de personas religiosas que tratan de imponer sus creencias condicionando su amor. El fanatismo es malo en todo.
ResponderEliminarAsí es, y por eso es tan importante entender que todos podemos ser víctimas de los errores que observamos en los demás. Entendamos el camino del amor y respetemos el tramo del camino en el que se encuentra cada hermano, porque si está más atrás significa que nosotros ya pasamos por allí. Tendamos la mano, pero nunca la impongamos; mostremos, pero sin obligar. Eso es respetar el libre albedrío de los demás, eso es seguir las enseñanzas que nos mostró nuestro Gran Maestro Jesús, pero también muchos de los grandes avatares de la humanidad. Gracias por el comentario. Un fraternal saludo
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