El proceso espiritual y psicológico de hacer el bien en secreto
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Comunicación
recibida el 04/02/2022 (extracto
textual de la sesión completa)
- ¿Puedes hablarnos del proceso
espiritual y psicológico de hacer el bien en secreto?
Hacer el bien es seguir el
camino que marca Dios permanentemente a toda la creación. Hacerlo en secreto es
el modo de garantizar que todo el orgullo que pueda invadirnos quedará oculto,
oscurecido, gracias a la ausencia de popularidad. Y el orgullo es,
precisamente, la cualidad que más cuesta erradicar. Ya dijo el Gran Maestro
Jesús “que la mano izquierda no sepa lo que hace la mano derecha”[1] aludiendo,
precisamente, a la importancia de evitar irse mostrando en todos los actos que
realicemos. Por ese motivo nosotros no os damos los nombres que algunas veces
nos habéis pedido[2], porque consideramos que hacer el bien debe ser una
cuestión que no tiene porqué ser publicada. Al menos, no en todos los casos.
Hay cuestiones que es necesario
que puedan llegar a muchas personas, porque la enseñanza, si se difunde, es el
mejor modo de lograr el objetivo para el que está diseñada. Pero hacer el bien,
en general, debe estar siempre revestido de humildad. Y qué mejor forma de
poder confirmar ante uno mismo y ante Dios que lo hacemos con humildad, que
evitar informar a otras personas de aquello que hacemos.
Entended, por tanto, la
importancia, y comprended la forma de poner en práctica este concepto de
guardar en secreto, en un secreto prudente, las buenas acciones que realicemos,
porque realmente, cada buena acción es como una semilla, que solamente
fructifica cuando se queda enterrada e invisible a los ojos de los demás, pero
que produce el efecto necesario y logra que la planta crezca. Así, influid en
las mentes y en los corazones de las personas, pero haced como el Gran Maestro
Jesús cuando, tras las curaciones, les decía “vete a tu casa, y no cuentes a
nadie lo que ha ocurrido”[3], porque es el mejor modo de poder entender y poder
transmitir lo que es el verdadero amor. Porque el amor nunca exige, solo da y,
por lo tanto, ayudar a los demás sin pedir nada a cambio, manteniendo la más
absoluta discreción, es el mejor modo de actuar.
[1] “Mas cuando tú des limosna,
no sepa tu izquierda lo que hace tu derecha” (Evangelio según San Mateo 6,3).
[2] Ver artículo Centraros en el mensaje, no en el mensajero
[3] Evangelio según San Marcos
1,44 y 3,12.
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