Conducir el vehículo de la vida
You
can translate this web with Google
Crome
Comentarios
personales del canalizador, con influencia de los Hermanos Espirituales del 10/02/2022
Se
puede comparar el proceso de la vida con conducir un vehículo. De acuerdo a lo
que nos pueda corresponder, a los objetivos que nos hayamos planteado, o que
nos haya planteado la espiritualidad superior para cumplir con el destino y la
misión a realizar en la vida, el vehículo que tendremos dispondrá de una mayor
o menor capacidad, más potencia, puede tener ciertas averías… y todo son
oportunidades que nos da esta Vida, es decir, Dios, para poder crecer, para poder
evolucionar dentro de nuestras capacidades, y para que nuestra alma pueda
alcanzar niveles superiores de evolución.
Así,
un coche que tenga mayor o menor potencia, velocidad, capacidad, para poder
incorporar más carga o tirar de otros vehículos, forma parte de nuestra
realidad, y de acuerdo con ella, de acuerdo con lo que aprovechemos de estas capacidades,
así estaremos cumpliendo, en mayor o menor medida, de un modo más o menos
exitoso, el objetivo evolutivo de la vida, al igual que ocurre, y que está
expresado en la famosa parábola de los talentos de nuestro Gran Maestro Jesús[1].
Por
tanto, cualesquiera que sean nuestras capacidades y nuestras limitaciones, cualquiera
que sea nuestra historia anterior, nuestras experiencias, solo tenemos el aquí
y el ahora, para poder iniciar, desde este momento, el avance, porque cada
momento es un comienzo, pero también es una continuación infinita en ese
proceso de evolución del camino hacia Dios.
Y
si entendemos la importancia de aprovechar los recursos que Dios nos da a
través de la vida, seremos afortunados en comparación con tantas y tantas almas
que siguen dando tumbos en la oscuridad de la ignorancia. Y al encontrar este
sentido a la vida, la felicidad automáticamente nos inunda, la responsabilidad
de nuestra realidad, de nuestra persona y de nuestro entorno se hace patente y
necesaria, y nos predisponemos, sin necesidad de agentes externos, a
contribuir, a convertir en luz toda la oscuridad o penumbra que nos rodea,
empezando por la que nosotros emanamos. Seremos, por tanto, a partir de ese
momento, responsables de nuestra vida. Y ese es un gran paso evolutivo, que nos
facilita el poder encontrar el camino hacia Dios, que también se puede
denominar el camino de la evolución y el camino de la felicidad.
[1]
Evangelio según San Mateo 25,14-30
Más
información:
Gestionar
el tiempo y dirigir la vida (PDF)
Comentarios
Publicar un comentario
Gracias por aportar tus comentarios. Serán publicados tras la revisión por el administrador