Las tentaciones (1)
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Crome
Comunicación
recibida el 01/04/2020 (extracto
textual de la sesión completa)
Las tentaciones son achacadas
normalmente a una causa externa. Las tentaciones nos las pone el demonio, las
tentaciones nos las presentan otras personas, o las circunstancias de la vida,
que nos ponen delante de nosotros una serie de hechos que nos hacen mostrar
nuestras debilidades.
El concepto de “caer en la
tentación” es un modo de dejar constancia de nuestra debilidad, de que esos
elementos que aparecen en nuestra vida nos dan oportunidades de progresar y de
mejorar, porque somos capaces de poder superar esas tentaciones. Nuestra
voluntad[1] y nuestra atención nos permiten decidir qué hacer y qué no hacer en
la vida, y todos, todos, cometéis errores, pero todos los seres espirituales,
que todavía no hemos llegado a los niveles más altos de perfección, también los
cometemos. Lo que caracteriza la elevación espiritual es el arrepentimiento más
rápido en los seres más elevados, la clara intención de no volver a cometer
esos errores, quedando firmemente impregnados en el código moral, y el
compromiso inmediato de compensar el daño causado[2], porque según se va
avanzando en el progreso moral, también se va avanzando en la comprensión del
daño que producimos con cada uno de nuestros actos que se alejan de la Ley del
Amor[3].
Las tentaciones son oportunidades
que nos da la vida para poder triunfar en las pruebas que necesitamos
demostrar, para poder garantizar que tenemos el nivel adecuado para poder
seguir avanzando en nuestro proceso eterno de crecimiento. Por tanto, no
aborrezcáis las tentaciones, observadlas, porque os daréis cuenta, en muchos
casos, con tiempo suficiente para poder reaccionar del modo adecuado. Os daréis
cuenta de vuestras debilidades, y tendréis la oportunidad de poder corregiros,
porque hasta que no se encuentra la dificultad, no es posible superarla. El
ámbito teórico transmite el aprendizaje teórico, pero solo cuando se ponen en
práctica los aprendizajes es cuando podemos garantizar que somos diestros en
ellos.
Buscad una vida recta en el
camino del Padre Eterno y entended que todas las tentaciones son señales que os
aporta la vida para poder garantizar que estáis siguiendo el camino adecuado,
porque no se viene a la vida a disfrutar de forma permanente, sino a progresar
y, en ese progreso, se disfruta de los sentimientos más puros, de cada uno de
los logros alcanzados, de cada vez que hacemos crecer el amor a nuestro
alrededor.
Pero las pruebas, cuando son
duras, solamente nos permiten sentir la confianza que podemos tener en el Padre
Eterno, lo cual nos da felicidad, porque nos hace partícipes de su obra en la
Tierra a través de nuestros actos, y nos permite entender que, gracias a ellos,
Dios se siente feliz porque nuestro avance en el camino es felicidad para él, y
nosotros sentimos parte de ella, de acuerdo a nuestra pequeñez.
Sí, hermanos, las tentaciones
son grandes regalos que nos aporta la vida. Observadlos así y os daréis cuenta
hasta qué punto tenéis oportunidades de progresar cuando sois capaces de
vencerlas, porque todo el proceso se desarrolla a nivel de vuestro interior, en
esa lucha que podéis tener con vuestras pasiones y que, gracias a la fe
inquebrantable y a la atención plena, estaréis en condiciones de poder pasar de
largo, entendiendo conscientemente que vuestra negativa a participar de ellas
es vuestro éxito en el proceso evolutivo.
[1] Nota del canalizador: la
palabra “voluntad”, en este caso, es equivalente a “intención”. Más info en
artículo Avanzar en el
camino de la perfección.
[2] Ver artículo El perdón de
los pecados.
[3] Ver artículo La Ley del Amor (PDF).
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