La oración. Pedir salud para nosotros mismos
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Comunicación
recibida el 02/02/2021 (extracto
textual de la sesión completa)
- Os pido que, si es posible, enviéis algún
hermano sanador que me ayude con el dolor que tengo. Este dolor me paraliza,
casi no puedo ni respirar.
Entiende que la oración te
permite entrar en sintonía con las soluciones a los problemas que planteas. A
través de la oración se comprenden los motivos que Dios Todopoderoso tiene para
que se produzcan todas las realidades, y existen efectos como consecuencia de
los actos que hemos realizado, y vuestra naturaleza carnal tiene unas
respuestas a determinados actos. Pero a través de la oración podrás ir
observando tu naturaleza, podrás ir dirigiendo energía fluídica a las zonas que
más necesiten de ella, y si mantienes este proceso durante unos pocos minutos
todos los días, en una actitud de dedicación exclusiva para ello, conseguirás
mejorías significativas. El dolor desaparecerá de un modo muy importante en muy
poco tiempo, pero no debes parar en ese momento. Continúa en el tiempo, porque
será de gran utilidad para que entiendas la importancia de la oración.
Puedes utilizar este proceso
como un experimento que hagas sobre ti, y entiende que el agradecimiento que
podrás dirigir a Dios como consecuencia de la energía divina que te ha
proporcionado, tendrás la oportunidad de compensarlo de forma multiplicada en
ayuda de otras personas.
El procedimiento es sencillo.
Pide a Dios con total convencimiento, desde lo más profundo, que te ayude a
transmitir tu propia energía a los puntos de tu cuerpo que sufren, céntrate en
ellos, concentra tu atención en ellos durante unos pocos minutos cada día.
Agradece a Dios al final del ejercicio y encuentra oportunidades para
multiplicar ese agradecimiento en forma de actos amorosos a tu alrededor.
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