Las tentaciones (2)
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Comunicación
recibida el 06/04/2020 (extracto
textual de la sesión completa)
Las tentaciones son indicación
de que no tenemos superado el objeto de nuestro progreso. Las tentaciones son
el impulso que recibimos de nuestras bajezas. Es el aviso de la tendencia
dañina que tenemos instalada en nuestro interior y que, como consecuencia de
ello, nos impulsa a pensar, a sentir y a actuar de acuerdo con ella.
La tentación siempre es
consecuencia de nuestra realidad. No existen elementos ajenos porque, cuando
una persona tiene superada determinada tentación, si le aparece en la vida algo
que pudiera estar relacionado con ella, directamente la desecharía, no la
tendría en cuenta porque la habría superado. Sin embargo, cualquier detalle es
capaz de poder impulsar la tentación de aquella persona que la tiene instalada.
Por tanto, entendamos que la
tentación vive en nosotros, no viene de fuera. Una vez entendido esto, debemos
entender también que, gracias a la atención, podemos captar la tentación y
resistirnos a ella. En el momento en que somos capaces de resistirnos, estamos
avanzando y, a través de la oración, es como más rápidamente podremos erradicarla,
que será el momento en el que nos pueda parecer un motivo que antes nos
activaba el impulso negativo y, sin embargo, ahora lo observamos con compasión
y recordamos, con una sonrisa, lo limitados que éramos, lo cual nos permite
entender hasta qué punto es importante la humildad para con los demás.
La tentación, por tanto, debe
ser motivo de atención, motivo de interés y motivo de agradecimiento, al
constituir siempre una oportunidad de mejora, de progreso, en nuestro eterno
camino evolutivo.
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