Liberarse de un obsesor (2). La primera persona que tiene que realizar el esfuerzo de progreso espiritual
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Comunicación
recibida el 02/02/2021 (extracto
textual de la sesión completa)
Pero seamos conscientes de que
esto no siempre se resuelve en el primer intento. Hay que mantener el esfuerzo
durante días, o meses, o años. Pero el espíritu obsesado tiene un trabajo muy
importante que hacer porque, como he dicho al principio, solamente le afecta en
la medida en la que sus capacidades intelectuales están alejándose del servicio
a Dios. La primera persona que tiene que realizar el esfuerzo de progreso
espiritual es el obsesado, del mismo modo que, cuando una persona está enferma,
la que tiene que tomarse el medicamento para curarse es ella, no es el médico
y, por tanto, este espíritu obsesado tiene que realizar el firme esfuerzo de
cambiar su actitud, porque si lo observamos desde el punto de vista de la
luminosa intervención de Dios en la creación, la influencia de un espíritu
obsesor es una excelente oportunidad que tienen ambos para poder evolucionar.
El obsesado puede cambiar una de sus actitudes, que puedan ser, quizá, de las
más relevantes sobre las que tiene que trabajar en esta encarnación o en la
fase desencarnada en la que se pueda encontrar, y el espíritu obsesor es capaz
de salir del círculo vicioso de incremento de sufrimiento como consecuencia de
sus actos, quedando liberado, por mérito propio, al haber comprendido la
importancia que tiene el perdón hacia los demás, y la responsabilidad que asume
en su propia evolución, al no descargar esta responsabilidad o esta culpa en el
obsesado.
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