Análisis personal. Cómo pasar de víctima a responsable de tu vida
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Comentarios
personales del transcriptor del 27/06/2022
Referencia:
vídeo Cómo pasar de
víctima a responsable de tu vida
Nota:
este es un breve esquema de contenidos extraído del vídeo de la referencia e
incluye alguna opinión personal, por lo que no pretende ser un resumen
estricto.
Proceso
de toma de conciencia para responsabilizarnos de nuestra vida:
1.
No
vemos que podemos dirigir nuestra vida. Si
no lo podemos o queremos ver, es imposible tomar conciencia, porque todo lo
justificaremos, todo será culpa de los demás o nuestra, nunca podremos definir
qué podemos hacer para resolver la situación, y nos mantendremos en el rol de
víctimas.
2.
Lo
queremos ver. Tomamos las riendas de nuestra vida.
Es la decisión, el primer paso para el cambio.
3.
Lo
vemos. Comenzamos a hacernos responsables,
porque ya estamos manifestando intención que ponemos en práctica.
4.
Lo
asumimos. Nos hacemos plenamente responsables y
ponemos en marcha cambios que comiencen a resolver la situación, comenzando por
elegir cómo deseamos ver esa situación. Eliminamos la necesidad de los demás
para superarlo, eliminamos la sensación de que el exterior nos gobierna.
5.
Lo
sanamos. Le quitamos el poder al hecho externo
y comprendemos que nosotros y solo nosotros podemos dirigir nuestra vida,
resolver nuestros problemas, alcanzar nuestras metas.
Todo
problema, toda dificultad, toda resistencia, provienen del pasado, y mientras
les damos la energía de la atención, les estamos otorgando el poder, creando
patrones repetitivos y nocivos de todos los objetivos de nuestra vida que no
hemos alcanzado todavía.
Asociado
con ello, todo dolor del presente también viene del pasado, y es en el presente
donde podemos elegir y hacer cambios. Si seguimos pensando, sintiendo y actuando
igual, todo seguirá igual; es necesario que se produzcan cambios en nuestro
interior para lograr cambios en nuestro exterior. Y eso exige un diálogo
interno, para comprender y decidir que nuestras creencias del pasado ya han
sido superadas, y decidir qué cambios concretos vamos a realizar de inmediato.
Esto nos transforma instantáneamente en el plano interno, y a través de la
puesta en práctica, logramos los cambios en el plano externo.
Para
obtener el poder es necesario perdonar. Mientras no perdonamos, nuestra energía
es dirigida desde fuera, porque todo pensamiento relacionado con el objeto de
la culpa nos altera y nos dirige al nivel de las bajas vibraciones. El perdón
nos libera de esa cárcel, de ese peso, y al liberarnos de él nos transformamos,
comenzamos a vivir en coherencia (amor y sabiduría en pensamientos,
sentimientos y actos), buscando como objetivo formar parte del todo, lo que
proporciona felicidad como respuesta inmediata y permanente.
Desde
el estado de felicidad, cualquier trabajo se realiza sin sensación de esfuerzo,
porque estamos vibrando, sintonizando, con lo que ocurre y con lo que hacemos.
Estamos vibrando con el todo y nos nutrimos de su energía.
Por
eso, cuando culpamos, cuando responsabilizamos de lo que ocurre a “lo externo o
cuando nos culpamos a nosotros mismos, nos hacemos irresponsables e incapaces
de liderar los cambios necesarios para mejorar, nos autoconvencemos de que
somos víctimas de lo que ocurre. Pero al culpar solo condenamos, no
solucionamos.
Convirtámonos
en protagonistas de nuestra experiencia de vida y transitemos hacia donde
realmente deseamos ir.
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