Canalizaciones en diferentes ambientes (y 2). La comunicación
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Comunicación
recibida el 23/04/2020 (extracto
textual de la sesión completa)
- ¿No sería más sencillo que se lo
comunicaseis directamente en palabras?
Nosotros somos espíritus, y
utilizamos la forma de comunicación que el Creador nos otorga, y esa forma es a
través del pensamiento y a través del sentimiento. Para poder comunicaros en el
plano físico utilizáis el lenguaje verbal, pero también utilizáis el lenguaje
de los gestos, las expresiones faciales, la posición corporal y también el gran
motor, que es el corazón. A través del corazón estáis transmitiendo unas
vibraciones que modifican totalmente la actitud de las personas que puedan
estar a vuestro alrededor. La modifican en el sentido de que les afectan, y los
sentimientos que parten de vuestro corazón relacionados con la ira, no
solamente se transmiten en vuestras expresiones corporales y en vuestras
expresiones verbales, también están transmitiendo, sin necesidad siquiera de
veros, esa energía que sale de vuestro corazón a todas las personas que hay a
vuestro alrededor. Igualmente ocurre cuando vuestro corazón vibra en amor, que
os inunda a vosotros, que influye sobre vuestras palabras y vuestros gestos,
pero que también llega a todas las personas que hay alrededor. Pero cada cual,
además de un emisor, es un receptor, y de acuerdo a la sintonía en que esté,
recibirá unas señales u otras. Por eso, la vibración del amor cuesta mucho que
llegue a las personas que están revestidas de miedo, pero no os tiene que hacer
desfallecer, porque la intensidad de vuestra señal emocional acaba influyendo
positivamente sobre los demás. Sed apóstoles y transmitid amor, con toda la
compasión necesaria para poder llegar a cada cual según su necesidad. No podéis
pretender transmitir la Ley del Amor[1] mintiendo, es imposible, pero tenéis
que tener la prudencia necesaria para poder transmitirla del modo en que pueda
llegar a cada una de las personas. Porque todos somos diferentes, y cada cual
necesita las lecciones de un modo diferente también.
Pero nunca os sintáis maestros.
Sentid que tenéis la oportunidad de transmitir las enseñanzas de vuestra vida,
pero tened espíritu de alumnos, de discípulos, porque incluso la persona más
cruel, la persona más ignorante, os puede enseñar grandes lecciones, incluso de
las cosas que no debéis hacer. Pero para eso es necesario ser siempre humildes,
y esa es la característica que os permitirá enseñar cuando es necesario y
aprender siempre que tengáis la oportunidad de ello.
[1] Ver artículo La Ley del
Amor (PDF)
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