Sonreír a la adversidad
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Comunicación
recibida el 23/04/2020 (extracto
textual de la sesión completa)
La doctrina espírita muestra
claramente la importancia de mantenernos sonrientes ante la adversidad de la
vida[1], dándole gracias al Padre por las oportunidades que nos da para poder
evolucionar. No tener adversidades en la vida es una situación extraña. Si os
sentís que no tenéis adversidad es porque Dios os está dando la oportunidad de
profundizar en vuestro interior, para poder desarrollar y purificar vuestra
alma.
Cuando una persona tiene
hambre, solamente puede enfocar su atención en conseguir sustento[2]. Cuando se
obtiene la solución de todas las necesidades materiales, empiezan a surgir las
inquietudes más elevadas, pero son nuestra voluntad y nuestra conciencia las
que nos permiten mantenernos en esta dirección y no despistarnos del camino.
Sonreír a la vida es la llave de la felicidad, y la vida es una prueba, una
prueba constante. Por lo tanto, tened el valor, sed valientes para sonreír a la
adversidad, porque estáis demostrando la fe que tenéis en vuestro Padre Eterno,
que está siempre pendiente de vuestra evolución.
Estoy hablando en segunda
persona, hacia vosotros, pero entended, hermanos, que nosotros también nos
encontramos en esa misma situación. Estamos en proceso de evolución también,
porque la evolución hacia el Padre Eterno es igualmente eterna. La diferencia
sustancial es que nosotros comprendemos estas enseñanzas y las ponemos en
práctica, manteniendo una relación absolutamente amorosa con todo lo que nos rodea.
Y eso nos llena de felicidad, del mismo modo que nos sentimos totalmente
felices al poder transmitiros estas enseñanzas, porque sabemos que pueden ser
de la máxima utilidad para vuestro progreso personal.
[1] “Las vicisitudes y las
tribulaciones de la vida, solo son incidentes que sufre con paciencia; porque
sabe que son de poca duración y deben ser seguidas de un estado más feliz
(Allan Kardec, El Evangekio
según el Espiritismo, Cap. 2.5,
pág. 65).
[2] Ver Pirámide
de Maslow.
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