El tren de la vida (Rosamari)
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Crome
Hay
muchas cosas que ordenar en ese tren de la Vida, cada uno ocupa su lugar y
aunque ninguno de ellos es igual, todos están en la misma vía.
Con
cada uno se aprende cuando vas en el vagón, todos son diferentes pero un mismo
Corazón; todos están muy mezclados forman su posición. Unos están alterados y
otros en meditación, unos se sienten sagrados, otros con resignación. Unos se
muestran frustrados y otros con mucha ilusión, unos están muy cansados y otros
con liberación. Unos y otros expresan su estado de evolución.
El
tren va haciendo paradas para tomarte un respiro, para verte y posicionarte y
que todo tenga sentido y saber luego al subir dónde se encuentra tu sitio.
Haces valoraciones y así puedes corregirlo, ajustas y vas gestionando cómo ver
el laberinto para no estar perdido y hacer así tu recorrido.
Por
eso este gran viaje te da posibilidad de ver, reír y soñar, de disfrutar y bailar,
de aprender y experimentar. De corregir y empezar, de observar y callar, de
cambiar y aconsejar, de comprender y silenciar y sobre todo de amar y perdonar,
y es tan rico y tan bello que nos vamos a encontrar.
Recuerda:
El mundo pide a gritos un cambio en la Conciencia, necesita esa ayuda y tú
puedes ofrecerla. Sin echar leña al fuego, ni alimentar la violencia, sin moverte
en el miedo, ni usar la indiferencia. Sin juzgar acontecimientos que quizá
nunca entiendas, dejando de crear más barreras, esperando a que las aguas se serenen
para ver la transparencia. Con todos estos gestos tu corazón recomienda, vivir
serenamente una mágica experiencia, sabiendo que colaboras en aumentar tu
consciencia, y haces mucho sin hacer en tu Divina Presencia.
Si
nutres tu interior y riegas esa semilla, se despierta tu intuición y eres uno
con la Vida, se desvanece el temor. La rabia, la ira, el dolor, tan sólo
limpias heridas.
Si
te amas y te escuchas, te transformas, te vuelves sensible, sabes cuál es tu
propósito y la entrega se hace visible.
Todo
lo que haces por ti desde esa renovación, limpiar culpas, perdonarte,
equilibrar la emoción, sin juzgarte, ni exigirte y permitir el Amor. Es la
mejor manera, tu mayor colaboración a este mundo que reclama ayuda y
liberación.
Rosamari
Ramírez del Cerro
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