Lo que pensamos es lo que creamos (y 3). La actitud
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Comunicación
recibida el 21/06/2022 (extracto textual de la sesión completa)
Pero
el libre albedrío os permite elegir, y si deseáis quedaros en la actitud
pasiva, podréis comprender fácilmente las consecuencias, y aunque otras
personas se estén esforzando en crear un mundo mejor, si lo único que hacéis es
aprovechar ese esfuerzo ajeno sin ningún trabajo por vuestra parte, no tenéis
ningún mérito, y solo os podréis presentar en el mundo espiritual con las manos
vacías. ¿Dónde creéis que se os colocará en el banquete del Padre Eterno?
Por
tanto, contribuid a mejorar el mundo a través de pensamientos positivos, de
sentimientos amorosos y de actos útiles para toda la humanidad, cada cual desde
su humilde posición. Pero ya sabéis, ni un pelo de vuestro cabello se caerá sin
autorización de Dios[3], y el más mínimo acto que hagáis en la evolución será
contabilizado en el archivo del cielo, porque todo queda registrado. Por eso,
es fundamental la actitud, porque gracias a ella se tiene la disposición para
que nuestra voluntad se pueda manifestar en cada momento. Y esa actitud se
alimenta con la oración y con la meditación, analizando las realidades que os
acontecen, transformando los pensamientos y convirtiéndolos en sustancia
creativa que contribuya a elevar la energía vibratoria de vuestra realidad.
[3]
Evangelio según San Lucas 12,7.
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