El impulso vital de la felicidad
You can translate this web with Google Crome
Comunicación
recibida el 28/05/2020 (extracto textual de la sesión completa)
La felicidad es ese impulso
vital que Dios ha querido grabar en todo ser viviente para impulsarle a la
acción. Cuando un ser carece de ese impulso, deja de luchar por mejorar, deja
de luchar por sentir en el día a día. Es como si se rindiese, es una especie de
pereza o de cobardía ante la propia vida, porque quien no anhela la felicidad
deja de poder avanzar, se frena a sí mismo. La felicidad hay que aprenderla,
porque hay muchas personas que entienden que la felicidad es divertirse y qué
duda cabe que cuando alguien se divierte puede ser feliz, siempre y cuando
estén coordinadas su capacidad con su conciencia.
Nota
del canalizador: aunque pudiera parecer que el impulso a la acción corre a
cargo del miedo, así lo aprendí hace ya unos cuantos años, se puede comprender
que, cuando se está sufriendo, el miedo es ese sentimiento que nos impulsa a
enfrentarnos o huir del motivo del sufrimiento, pero no necesariamente nos
impulsa a mejorar, no nos impulsa a lo que podríamos denominar “acción evolutiva”.
Solo cuando ponemos en práctica la Ley del Amor[1] logramos que las cosas
cambien como consecuencia de nuestro cambio interno. Cuando yo cambio, todo
cambia, porque influyo de un modo diferente en mi entorno. Así, podemos afirmar
que es el amor el gran motor de nuestra evolución, y tiene como consecuencia directa
que aflore la felicidad, como motivante de nuestra realidad, “ese
impulso vital que Dios ha querido grabar en todo ser viviente para impulsarle a
la acción”.
[1]
Ver publicación La Ley del
Amor (PDF)
Más
información:
Comentarios
Publicar un comentario
Gracias por aportar tus comentarios. Serán publicados tras la revisión por el administrador