Aplicar la pureza a toda vuestra vida
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Comunicación
recibida el 04/06/2020 (extracto textual de la sesión completa)
Actuar como niños debe ser para
vosotros el modo de entender la pureza, una pureza que debéis de aplicar a toda
vuestra vida. Cualquier acto que tenga una segunda intención[1], deja de ser puro.
Debéis pensar siempre en que todo lo que hagáis debe de ser bueno para los
demás y también bueno para vosotros, y si en algún momento existe disputa en
este tema, buscad el principio básico de la justicia amorosa, no de la justicia
del rencor y del odio, porque vale más que perdáis un pleito a que lo ganéis
haciéndole daño a vuestro opositor. La justicia de Dios no es de este mundo, y
vosotros debéis buscar que se haga justicia en este mundo, pero siempre
basándoos en la Ley del Amor[2]. Buscad con ello tener una actitud siempre
compasiva con todas aquellas personas que os puedan irritar, con todas aquellas
situaciones que os puedan molestar, porque el dolor y el sufrimiento son
pruebas que nos da el Padre Eterno para que podamos demostrar nuestros niveles
de progreso.
Pero no esperéis con las manos
cruzadas. Tened en cuenta que todo lo que aprendáis podrá favorecer vuestro
progreso. No me refiero al aprendizaje de datos, sino del modo de transmitir y
de vivir la Ley del Amor en todos y cada uno de los aspectos de vuestra vida.
[1] Nota del canalizador: el
concepto “segunda intención” indica que, tras una apariencia de bondad y de
sinceridad, se esconde una intención, la segunda, que se aleja de dicha
apariencia.
[2] Ver La Ley del
Amor (PDF)
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