¿El ego o el corazón? (Rosamari)
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En
la Conciencia de Ser, aceptar es innecesario, porque nunca hay esto y lo otro,
todo es unitario y sin haber contradicción nada tienes que aceptar, ya que todo
lo que Es, Es en sí mismo y sin más.
Pero
el mundo de la mente que crea su dualidad te introduce en el juego de aceptar y
rechazar y al estar sumergido en la verdad de la mente, ella ha creado su juego
y en él tú te comprometes.
Mientras
aceptas las reglas en el juego estás metido, te envuelve, te atrapa y te duerme
y así sigues su ritmo y hay tanta identificación con aquello que se hace, que
se le da un valor donde el poder es enganche.
En
el día a día que vives, aceptar es comprender cuál es tu situación para así
proceder, dónde estás y el por qué para que lo puedas ver. Si tu estado cada
día lo observas y lo dejas ser, estás comprendiendo qué pasa, el por qué y el
para qué. Esa comprensión se da al aceptar lo que es.
Aceptar
es el sí quiero con una nueva visión, dejarse hacer, permitir que es tu
interpretación, pero nunca desde la mente y sí desde la intuición. Ahí nunca
rige el pensamiento, sólo habla el corazón, recuerda decir el sí, desde esa
fuerza interior.
Si
aceptas con la mente siempre pones condición y habrá algo en la Vida que cambie
tu percepción, si todo te sale bien es por esa aceptación. Pero se puede torcer
porque hay separación, la aceptación se convierte en mayor resignación y ahí
deja de haber crecimiento porque falta convicción.
El
juego que estás jugando desde el nivel inferior le das un protagonismo y
muchísimo valor. Su fuerza te va embaucando con un embrujo mayor, para salir
del hechizo hace falta Comprensión, esa es la Fuerza que impulsa esa Unidad del
Amor.
Recuerda:
Si cada día las dificultades que aparecen en tu vida las miras como
oportunidades, te conectas con tu centro y sabes qué solución darle y siempre
será acertada porque al verlo de otro modo, el corazón es tu guía y la verdad
es tu foco.
Si
lo haces desde la mente lo ves duro y fastidioso, además de complicado, por eso
te falta el gozo; se divierte dividiendo y generando conflicto, aquí está
actuando el ego que se cree despierto y está dormido.
Cuando
vives el momento y observas con atención, puedes ver en esa mirada, si es tu
ego o tu corazón. Ya sabes lo que pasa, el ego tiene sus razones y te da su
explicación, es la voz que te separa de tu riqueza interior. Si dejas sus
sugerencias y de prestar tu atención, vas a encontrarte contigo, con ese Dios
interior, que va a mostrarte el camino donde nunca hay confusión.
Nada
es lo que parece, nadie es quien dice ser, la Vida es un gran juego, donde
flota el iceberg, lo que se ve es la apariencia y dentro está lo que Es.
Rosamari
Ramírez del Cerro
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