La palabra está viva (Rosamari)

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Si tú dices “te quiero”, es el ego el que habla; si tú dices “te amo”, se está expresando el alma. Las dos formas son correctas y el poder de la palabra mueve su vibración y es ahí donde ello se capta.

¿Cuántas palabras se dicen de forma, sin intención, y aquél que las recibe le hacen daño y hasta le causan dolor?

Es por ello que descubres que, al pronunciar las palabras, muchas veces te limitan, porque cuesta interpretarlas y a la vez comprendes el poder de aquél que habla, que puede abrirte la mente o también puede cerrarla.

La palabra está viva, contiene su vibración, es un principio activo, poder de la creación. Si observas lo que dices verás la revelación, cómo la palabra crea esa paz o esa tensión.

Si pones tu atención en la fuerza de la palabra, puedes ver la intención, cómo a veces son innecesarias. Una mirada, un silencio, puede llevarte a la calma y más allá de todo eso, te das cuenta de lo que pasa, que a través del silencio la verdad es expresada.

 

Recuerda: Muévete cada día con los ojos bien abiertos, con una mirada clara, sin perder tu reconocimiento, con una bonita sonrisa y con los brazos abiertos. Y estos gestos tan sencillos y llenos de sentimiento, van abriendo corazones y van despertando alientos.

Es hermoso hacer el bien y agradar en el momento, se mueven más energías que conectan con lo interno y nada te importa que el otro tenga su día más negro, pues tú le llevas tu luz con ese comportamiento.

Lo que haces por el otro a ti mismo te lo das, aprendes mucho más de ti y sacas tu potencial, aquella energía dormida que tiene que despertar.

Responder desde el Amor ante cualquier situación te va abriendo camino y te limpia de temor, te va haciendo más fuerte, equilibra tu razón y así te es más fácil actuar de corazón. La actitud es importante para aprender la lección, las cosas se desbloquean cuando pones atención, tú tienes la llave para una noble elección.

 

Rosamari Ramírez del Cerro

 

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