¿Cómo y cuándo debemos influir o no influir?

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Comunicación recibida el 21/08/2020 (extracto textual de la sesión completa)

 

-      ¿Cómo y cuándo debemos influir o no influir sobre otras personas?

 

La Ley de Dios incluye de forma prioritaria el principio del libre albedrío[1]. Esto implica que es importante respetar el camino que sigue cada uno de los hermanos con los que nos cruzamos. Eso, en ningún caso debe entenderse como una actitud pasiva. Cada uno de los seres encarnados tiene un camino que recorrer, unos objetivos a alcanzar, unas necesidades que satisfacer, y es totalmente legítimo que se busque la satisfacción de todas ellas, o por lo menos que se intente, y de acuerdo con la voluntad de Dios, nos vamos a ir encontrando una serie de obstáculos, que son lecciones a aprender. Ya sabéis que, si las lecciones no se superan, se deben mostrar de nuevo, y se presentan tantas veces como sea necesario para conseguir la evolución de cada uno de los seres. La influencia que podáis ejercer sobre los demás forma parte de vuestras capacidades que ya habéis adquirido en el caso de que les estéis influyendo positivamente[2]. Todas vuestras virtudes, al exteriorizarlas, estáis dando a los demás la oportunidad de poder evolucionar, pero todos evolucionamos por nuestro propio mérito y esfuerzo, nuestras acciones no hacen avanzar ni un milímetro a los demás, solo a nosotros mismos. Pero es una labor de misericordia y de cumplir con la voluntad de Dios que podamos contribuir, a través de nuestro ejemplo, en el progreso de los demás hermanos.

 

[1] Ver Ley del Libre Albedrío

[2] Ver Misión

 

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