Todo lo que existe y ocurre es de acuerdo con la voluntad de Dios

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Comentarios personales del transcriptor del 04/11/2024

 

Referencias introductorias:

-        Obras de Allan Kardec:

¿Qué es el Espiritismo?

1.        Las almas son creadas simples e ignorantes, es decir, sin ciencia y sin conocimiento del bien y del mal, pero con igual aptitud para todo. Al principio se hallan en una especie de infancia, carentes de voluntad propia y sin conciencia perfecta de su existir. Poco a poco se va desarrollando en ellas el libre albedrío.

El Libro de los Espíritus

2.        Ley de destrucción. Es preciso que todo sea destruido para que renazca y sea regenerado, porque lo que vosotros llamáis destrucción no es más que una transformación, cuyo objeto es la renovación y mejoramiento de los seres vivientes.

3.        Dios es la inteligencia suprema, causa primera de todas las cosas.

4.        ¿Dónde puede encontrarse la prueba de la existencia de Dios? «En el axioma que aplicáis a vuestras ciencias: no hay efecto sin causa. Buscad la causa de todo lo que no es obra del hombre, y vuestra razón os contestará».

5.        Al pasar de uno a otro mundo, el espíritu cambia de envoltura, como vosotros de vestido.

El Génesis, Los Milagros y las Profecías según el Espiritismo

6.        Las obras de Dios son el testimonio de su sabiduría, de su bondad y de su solicitud.

7.        Dios es… la inteligencia suprema y soberana; es único, eterno, inmutable, inmaterial, todopoderoso, soberanamente justo y bueno, infinito en todas sus perfecciones, y no podría ser de otro modo.

8.        Dios es infinitamente perfecto. No podemos concebir a Dios sin la infinitud de sus perfecciones, pues sin ello no sería Dios, ya que podríamos concebir otro ser que tuviese lo que Él no posee. Para que ningún ser pueda superarlo es preciso que sea infinito en todo. Al ser los atributos de Dios infinitos no pueden sufrir aumento ni disminución. De lo contrario no serían infinitos y Dios no sería perfecto. Si se le quitase una pequeñísima parte de uno solo de sus atributos, ya no sería Dios, ya que podría existir otro ser más perfecto.

-        Biblia:

9.        Y creó Dios al hombre a su imagen y semejanza (Génesis 1,27).

10.    Aun los cabellos de vuestra cabeza están todos contados (Lucas 12,7).

11.    Vuestro Padre que está en los cielos… hace llover sobre justos e injustos (Mateo 5,45)

-        Extractos del libro “Conformidad con la voluntad de Dios”, de San Alfonso Ligorio:

12.    Todos los pecados y desórdenes y amarguras de tu pasada vida tienen por raíz y fundamento el haberte separado de la voluntad de Dios.

13.    De la mano de Dios nos vienen todos los bienes y todos los males, es decir, las cosas que nos molestan y que falsamente llamamos males: porque en realidad son bienes, cuando las aceptamos como venidas de parte del Señor. “¿Descargará alguna calamidad sobre la ciudad,” pregunta el profeta Amós, “que no sea por disposición del Señor? De Dios vienen los bienes y los males,” había ya dicho el Sabio, “la vida y la muerte, la pobreza y la riqueza”.

14.    Debemos conformarnos con la voluntad de Dios en la adversidad como en la prosperidad. La perfección de esta virtud exige que nuestra voluntad esté unida a la de Dios en todos los sucesos de nuestra vida, ya sean prósperos, ya adversos. Cuando se trata de sucesos prósperos, hasta los pecadores saben aceptar gustosos las disposiciones de Dios; pero los Santos saben identificarse con su voluntad santísima aun en las cosas adversas y contrarias a su amor propio; en éstas es donde se aquilata nuestra virtud y se aprecia el valor de nuestra perfección. Decía el Beato Padre Juan de Ávila “que vale más en la adversidad un gracias a Dios, un bendito sea Dios, que seis mil gracias de bendiciones en la prosperidad”.

15.    [Dios] todo lo hace o permite para su mayor gloria y para nuestro mayor provecho, y de esta suerte vivo siempre contento en todos los sucesos de la vida.

16.    “Las personas resignadas al querer y voluntad de Dios”, dice Salviano, “son humilladas, es verdad, pero aman las humillaciones; padecen pobreza, pero se complacen en ser pobres; en suma, aceptan gustosas todo lo que les acaece, y así llevan vida feliz y dichosa.” Viene el frío, la lluvia, el calor, el viento; pero el alma que está unida con la voluntad de Dios dice: “Quiero este frío, acepto este calor, paso porque haga viento y que llueva, puesto que Dios así lo quiere”.

17.    Todo lo que me sobreviene, sea dulce, sea amargo, lo recibo de su mano con alegría, considerando que es lo mejor para mí, y este es el fundamento de mi felicidad.

-        Otras referencias:

18.    Dios es infinito y nos ama de modo infinito y, del mismo modo que los buenos progenitores educan amorosamente y del mejor modo posible a sus hijos, así hace Dios con nosotros a través de las experiencias por las que pasa el alma inmortal. E igualmente que durante nuestra niñez, en muchas ocasiones no comprendíamos las razones de nuestros padres, en la niñez espiritual tampoco se comprende el amor que Dios nos dispensa a través de las experiencias de la vida (Mensajes recibidos en las sesiones de oración-meditación colectiva (3), mensaje 873).

 

La oscuridad es un modo de expresar la ausencia de luz, el frio es un modo de expresar la ausencia de calor, la ignorancia es un modo de expresar la ausencia de sabiduría, el mal es un modo de expresar la ausencia de bien. Pero no hay un salto “de cero a infinito” en estos procesos, todo es progresivo, y la oscuridad va desapareciendo poco a poco según aumenta progresivamente la luz, al igual que el frío en relación con el aumento progresivo del calor, la ignorancia con el aumento de sabiduría y el mal con el aumento del bien.

Podemos ignorar la existencia de Dios, pero creo que en el contexto de este blog, carece de sentido analizar este hecho[4]. Podemos ignorar, e incluso negar, el motivo por el que Dios ha creado de este modo el universo y la vida, pero nuestra ignorancia no cambia en absoluto la realidad de lo que es, y la sabiduría no es otra cosa que el descubrimiento progresivo de la voluntad de Dios, manifestada en todo lo creado, es decir, la sabiduría es descubrir a Dios a través de su obra, la Creación, transitando el camino que lleva desde la simpleza y estrechez de la ignorancia[1] hasta la complejidad y amplitud de la sabiduría.

Si partimos de la base de que Dios es amor infinito, sabiduría infinita y poder infinito, toda la Creación, es decir todo lo que ocurre ha sido creado[3] y está controlado por el poder de Dios[10], dirigido por su infinita sabiduría y con una finalidad infinita de amor[6, 7 y 8]. Este control de la Creación lo ejerce a través de las Leyes Divinas (ver El Libro de los Espíritus, Libro Tercero), y la experiencia en el plano encarnado no es otra cosa que una oportunidad de aprendizaje del alma inmortal, por lo que este traje que utilizamos y que denominamos cuerpo físico tiene una utilidad muy importante en esta experiencia, pero desde el punto de vista del alma inmortal es como un vestido que habrá un momento que tendremos que abandonar[5]. Así, podríamos entender que estamos hechos a imagen y semejanza de Dios[9] en el nivel del alma, pero no en el del cuerpo físico, porque Dios no puede ser físico, ya que todo lo físico está sometido a los procesos de destrucción[2], y si el cuerpo físico es solamente una herramienta o medio en el proceso de aprendizaje, podemos comprender que Dios le dé muy poco valor y por eso permite la destrucción de los cuerpos cuando corresponde.

Y, aunque el sufrimiento es consecuencia de nuestros errores y de nuestra ignorancia de no cumplir con las leyes de Dios, con su voluntad[12], debemos entender que lo que llamamos “bueno” y lo que llamamos “malo” son experiencias por las que tenemos que pasar[11], tanto para evolucionar nosotros como para ayudar a evolucionar a otros hermanos, y que es un proceso necesario que ha previsto Dios en el proceso evolutivo[13].

Todo lo que ocurre es como tiene que ocurrir[10], por lo que aceptar la voluntad de Dios[14, 15 y 16] es un paso fundamental, imprescindible, para poder alcanzar y mantener la paz interior. Eso es adquirir la confianza en Dios[17]. Pero si nos quedamos atrapados en esta idea, podemos caer en la apatía, creyendo que todo lo que ocurre es imposible de modificar, y eso no es así, ya que si todo fuese determinado, careceríamos de libre albedrío, no tendríamos mérito en ninguna de nuestras decisiones y acciones y el concepto de la evolución no tendría sentido, por lo que también hay que comprender que tenemos una importante tarea que desarrollar por nuestro propio mérito, que es cumplir con la voluntad de Dios[12], por lo que podemos concluir con que debemos hacer las cosas lo mejor que podamos, pero debemos dejar los resultados, sean cuales sean, en manos de Dios. Esta actitud evita la ansiedad por querer controlar los resultados, ya que de otro modo es imposible mantener la paz interior.

Confiemos en el poder infinito y absoluto de Dios, en su amor y en su sabiduría, para aceptar la conveniencia de que todo lo que nos ocurra es para entrenarnos y aprender en la escuela de la vida[18], es el camino que nos permite sembrar en el campo de la paz interior esas semillas de la expresión del amor universal y del sentimiento de felicidad profunda, que son el trípode donde se sustenta nuestra evolución.

 

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Comentarios

  1. Quizá, solo quizá, lo que llamamos "mal" es solo la comprensión limitada de la realidad y la autorización de Dios para ejercer el libre albedrío. En cada tragedia se puede observar cómo se manifiestan los valores más excelsos de las personas. Nunca podremos apreciar la luz si no experimentamos la oscuridad.

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