Desde el corazón (Rosamari)
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Desde
el corazón todo es sencillo, se abren las puertas y todo se vive con una gran
calma, que hace posible ver mucho más claro y a la vez más libre. Eres como un
niño, tierno y sensible, que juega y disfruta y tan sólo vive. Eres inocente y
a la vez muy flexible, que vive el momento sin temer herirse.
En
la ofuscación, cuando sientes rabia, todo se bloquea y pierdes la calma, te
sientes confuso, nublas tu mirada y en ese momento pierdes la mirada.
¿Qué
haces con ello cuando estás así? rabioso, frustrado, con ganas de huir,
hundido, tendido, sin querer oír, te molesta todo y ni quieres vivir.
Son
momentos distintos que viven en ti, hay que gestionarlos y dejarlos salir, ver
cómo se expresan y qué puedes sentir, qué efectos marcan y la reacción en ti.
Y
cuando lo ves lo dejas partir, dejas el juicio y vives feliz. Si te quedas con
el peso, se convierte en una carga y al llevarla mucho tiempo, te duele y te
atrapa y pierdes así tu poder porque te crees sin poder hacer nada.
Cuántas
veces te dices, ¿por qué me pasa eso a mí? Como si fuera algo malo, que el otro
te quiere herir, y piensas que te hace daño y esto es un engaño que te haces a
ti mismo, hasta aprender a observarlo.
Nadie
puede hacerte daño, ni herir tus sentimientos, pero tú te sientes dolido por lo
que el otro te ha hecho y cuando piensas así le has dado el poder de hacerlo.
Es tan sólo al darte cuenta, que puedes agradecerlo, porque al hacerlo
consciente, has descubierto el juego.
Recuerda:
Eres un Ser amoroso que en si todo lo contiene, que se expresa y manifiesta
desde una forma inocente y mantiene su coherencia, despertando sus Poderes, y
es ahí donde descubres la Libertad de quién eres.
Al
mirar desde el corazón, ves que cada uno tiene su momento y su tiempo de ver y
experimentar y todo ello es perfecto. Los demás son los espejos, están para
apoyar el plan que es inconsciente, para ayudar a integrar todo aquello que se
teme y se quiere rechazar, que está sin reconocer, porque hay que practicar.
Cuántas
veces pones el empeño en mostrar que es el otro el que tiene que cambiar y es a
veces que en un instante comprendes el porqué de su forma de actuar y
encuentras el sentido de la Vida, y todo se empieza a colocar. Cuántas veces se
juzgan los errores y piensas que hay equivocación, más allá de límites y miedos,
todo tiene su energía y su don, y si dejas que actúe por sí mismo, te das
cuenta de que tiene explicación. Por eso es hermoso observar y dejar que cada
uno viva aquello que cree que es su verdad y que a la vez lo siente oportuno,
confiar que viva su experiencia y amarle y abrazarle desde el Uno.
Rosamari
Ramírez del Cerro
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